por Ivanius
una sonora proclama:
dile que fue esta mañana
cuando perdí mi sombrilla.
Si no reacciona, reclama;
por eso eres tan ladilla.
Un carbón que se desgasta
siempre ensuciará la hornilla.
Dime más, cuéntame un cuento,
pinta corderos sonrientes.
(Mejor dibuja un caballo
que no tenga tantos dientes).
Hablando de esta manera
se nos pasaron las horas;
monos, gnomos, duendes, brujas,
hadas, damas y señoras.
Pocas cosas hacen falta
al jugar con las palabras:
sólo infantes que se atrevan
a dejarlas comenzar.
Por fin llegamos al mar,
a ver qué nos inspiraba:
No pensamos más que en nada,
y nos fuimos a nadar.
"Desredondilla" poema de Ivanius. Texto © Chanchopensante.com Imagen: Wikimedia Commons.
8 comentarios:
Tiene usted un alma infantil, cuando tenga sus nietos será un tierno abuelo, cantándole las desredondillas a sus nietos con sombreros de corsario y parches falsos.
Eso de ¨Por eso eres tan ladilla¨ sonó muy gracioso.
Lo felicito.
...y aunque tengo alas de hada
importa mas disfrutar.
Lo descompuse?
eso supuse
solo queria jugar.
=0p
besotes ahijado!
Vine de visita por recomendación de Malquerida... ¡Y vaya que recomendación! Me gustó mucho...
¡Saludos!
"En defensa de la trigolibia"
Poca cosa hace falta para jugar!! Me gusta
yo pensaba en la barandilla...
Pintemos corderos sonrientes y tomémoslos prestados de otro niño en las estrellas... con sus rosas y sus baobabs.
Por fin llegamos al mar.
Malquerida: Así sea. Gracias.
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Sonix:
No hay miedo
sólo
cuando digo
lo que puedo.
A la mano
un biplano
listo
para volar.
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Moka Mola: Gracias a ti y a ella. ¡Bienvenida!
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Cuentista: Así suele hacer (y ser) la imaginación echada a andar. Gracias.
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Jo: Asómese, que en el juego todo tiene su lugar.
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MV: Refrescante ejercicio, justo para abrir el apetito de nuevos juegos e historias.
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