por Marichuy
Eran las 9:30 de la noche cuando la puerta del pequeño cuarto se abrió y por ella entraron dos hombres; uno de pelo rubio muy corto y unos 40 años; el otro, un poco mayor y con pelo oscuro entrecano. Tras unos breves segundos, durante los cuales los hombres intercambiaron algunas palabras que ella no alcanzó a escuchar, el primero abandonó la habitación y el segundo libró los cuatro pasos que separaban la puerta de la cama en donde ella se encontraba recostada. El hombre acercó la silla -que junto con la pequeña mesa y la cama, componían el escaso mobiliario de la habitación- hasta quedar a su lado y sin ningún preámbulo le dijo: Hija mía, estoy aquí para escucharte y brindar un poco de alivio a tu alma atormentada ¿hay algo en especial que necesites decirme, de lo que desees arrepentirte… Ella, que hasta ese momento había permanecido en silencio sin siquiera mirarlo, volvió su rostro hacia él y con voz calma pero firme, le interrumpió: Padre, sé que usted sólo cumple con su trabajo, a pedido de la las autoridades de aquí, quienes dada mi nacionalidad, asumen que soy ferviente católica y estoy ansiosa de declarar lo mucho que me arrepiento de todos mis pecados e implorar perdón y absolución. Pero se equivocan. Ellos y usted. A estas del partido, con el marcador en mi contra y por goleada, lo menos que me interesa es pedir perdón y clamar absolución. Para hacerlo necesitaría Fe, algo que perdí hace tanto tiempo que ya ni recuerdo cómo se siente tenerla. Sus palabras, dichas sin el menor asomo de emoción, estremecieron al sacerdote, quien sólo atinó a posar su mirada en el rostro de su interlocutora y permanecer en silencio. Intentaba adivinar en qué momento, ella había empezado a dar tumbos para acabar refundida en ese sitio.
Ambos permanecieron unos minutos sin decir nada, hasta que ella continuó: Confesarme en busca de absolución, no quiero; gritar, ya no puedo; llorar, lo he hecho tanto en mis veintinueve años de vida, que ya me harté. La última vez que grité, pataleé y luché por librarme de un ultraje más, de nada me sirvió y al final ese malnacido de casi dos metros y cien kilos de peso, logró lo que quería. Al escuchar esto último, el sacerdote se santiguó y ella ensayó una sonrisa amarga que apenas quedó en mueca, para continuar con su monólogo: y cuando terminó de vaciarse en mí, tuvo ánimos para gritarme que debería estar agradecida con él porque "me había hecho el favor", más un sinfín de insultos. En ese momento, todos los años de rabia acumulada y dignidad pisoteada; de humillaciones y abusos de todo tipo, tanto en la maquiladora como fuera de ella, se me vinieron encima y con ellos, una rabiosa fuerza hasta entonces desconocida. Ya no era el ultraje recién sufrido; era todo. Sus insultos, pronunciados con ese dejo de superioridad racial que suelen emplear los policías texanos, fueron el colmo para mí. ¿Sabe, Padre? Llorar debilita y la rabia envenena, pero también, fortalece… y fue eso lo que me levantó. Con la ropa rasgada, ya sin gota de dignidad por defender, pero llena de coraje, me puse en pié y desde la altura lo miré: despatarrado como si reposara tras un gran esfuerzo, con la respiración entrecortada y los ojos cerrados, parecía un fardo. Y seguí mi primer impulso, empecé a patearle sus partes masculinas, hubiera deseado patearlo hasta dejarlo inservible para que nunca más pudiera violar a otra mujer. Pero era fuerte y se paró casi de inmediato, me tomó del brazo, me soltó dos bofetadas acompañadas por un rosario de amenazas y luego me derribó. Pensé que había llegado mi hora, pero al girar la vista reparé en algo: para poder ultrajarme se había desprendido de su arma, la cual estaba tirada en el pasto, cerca de donde yacía yo. Fue un reflejo, algo sin pensar, y si me pregunta cómo le hice, la verdad es que después estos años sigo sin saberlo, el caso es que le disparé; yo sólo quería darle en los testículos, seguía con mi idea de arruinarle "su hombría", pero él se agachó y la maldita bala fue a darle en algún sitio de la aorta. Ni intenté huir, pues el disparó atrajo a uno de sus colegas –que a saber dónde había estado todo ese tiempo- y antes de que yo reaccionara, ya varios policías me rodeaban y después de ponerme de rodillas y esposarme, me llevaron hasta una de las patrullas. Su colega se desangraba, todavía con el pantalón desabrochado y eso era lo que importaba para la justicia estadounidense; las muestras visibles de la violencia y los residuos del ADN de él en mí, de nada servirían para probar mi violación. Si uno mata a un policía, así sea accidentalmente, uno también está muerto y no habrá abogado de oficio que lo salve. Eso sólo pasa en las películas o en las series de televisión; en la vida real, no. Y eso, Padre, usted y su Dios lo saben… así en la tierra como en el cielo… la justicia está coja…
En ese momento, el sacerdote volvió a santiguarse e inició un rosario, al tiempo que de los redondos ojos de ella, y sin que pudiera hacer nada para evitarlo, dos gruesas lagrimas –esas que durante años se le habían negado- empezaron a rodar, rotundas e irrefrenables, pero, también, sin mayor alharaca; lágrimas tibias y silenciosas, extrañas en una mujer muerta en vida, quien ya sólo anhelaba la llegada del próximo amanecer, cuando su condena terminaría y por fin ella podría dormir sin sobresaltos, ni miedos; sin despertarse por la madrugada en medio una pesadilla…
imagen: fotograma del film Persépolis (Marji reclama a Dios)
35 comentarios:
La imágen me encantó, al igual q la peli a la que hace referencia.
Besos!
-Si Padre, ella fue la que lo mató. Le disparo en el cuello y se desangró Padre. Hasta cuándo tendremos que soportar a estos latinos de mierda matando nuestros héroes. Acaso la mujerzuela no sabía qué era padre de familia?, que tenía una bella esposa que lo esperaba todas las noches al terminar un largo día de resguardar la seguridad de los ciudadanos americanos.- Dijo el hombre rubio mientras doblaban a la izquierda por un largo pasillo.
-Hijo, lo importante es recibir la absolución sobre tus actos. Y Dios nuestro padre está disponible para recibir en el reino de los cielos a sus feligreses pecadores.- dijo el hombre mayor mirando fijamente a su acompañante.
-Padre, me va perdonar, pero espero con ansias que la justicia nos devuelva algo de la alegría que se fue con nuestro compañero.- Dijo con frenesí.
-Hijo por Dios…- interpuso el padre pero fue interrumpido…
-Hemos llegado Padre, tiene exactamente 30 minutos para que la asesina reciba la absolución de los pecados. De todas maneras voy a estar pendiente Padre, tenga cuidado es un peligro de mujer.
-Hijo por Dios no te preocupes, ella solo es un alma atormentada- dijo con una voz benévola.
(Te Quiero mari, besos regresados a un principio no contado)
Auch!!
Que post tan ..... Dramático?
No he visto la pelicula.
Muchas de las veces traemos algo, algun sentimiento "atorado", que no nos deja seguir, sentir, pensar,escuchar...VIVIR.
Ya sea en mucho o en poquito, pero algo hay dentro.
Abrazos y besos Marichuy°
Es terriblemente real y realmente terrible, Marichuy.
Me gusta cómo está hilado con la imagen de Persépolis, con las conversaciones que tenía Marjane con Dios hasta su ruptura (me devoré sus páginas con avidez).
¿Por qué diablos está hecho así este mundo?
La situación es en definitva terrible y nada envidiable. Sabes cuanto detesto a esos imbéciles, casi tanto como a los panistas, no se cuales sean mas idiotas si los unos o los otros, pero la rabia que generan antes situaciones como esta, son nocivas.
Me evocaste una plática pendiente.
La imagen me desvió al inicio.
Y el símbolo de la inutilidad de la iglesia me parece exacta.
2046
Ironía Delirium
Por lo menos hubo algo que fue de tu agrado (y Persépolis, un film maravilloso).
Saludos y gracias
Querido Potter
Tu reconstrucción del diálogo de pasillo entre el Sacerdote y el guardia, es impecable... sólo te faltó que el segundo cerrara sus consejas con esto:
“In God We Trust” o “God save América" Trust”.... o ambos.
Pobres yanquis, ellos tan lindos y civilizados y teniendo que soportar a los jodidos latinos...
Un beso grande y muchas gracias por venir a leerme acá
Lulú
¿Tan dramático? Quizá... ni más ni menos que la viuda misma, me temo; aunque desde luego, no para todos pinta igual (por fortuna).
Si te gusta el cine animado -más allá del modelo Pixar-, "Persépolis" es una pequeña joyita, al igual que la novela gráfica que le da origen (aunque lejos está de ser un dulcecito a lo Hello Kitty)
Gracias por tu visita
Fernando
Terriblemente real, infortunadamente. Ojalá sólo fuera una elucubración mía, un extravío nacido de las perturbaciones fílmicas (provocadas por el cine de LVT, jeje).
El rompimiento de Marjane con Dios -en la novela gráfica está más desarrollado-, en el filme adquiere una belleza casi naïf; es emotivo pero nada lacrimógeno.
A tu pregunta, no tengo una respuesta medianamente decente.
Un abrazo y gracias por pasar aquí
Champy
Desde luego que nadie envidiaría una situación semejante. La gente huye de un oprobio, sale de un hoyo en busca de un sueño (tu reseñado "American Dream”), a veces, sólo para irse a meter en otro en donde los sueños... se tornan pesadillas infames.
Contradiciendo un poco a Machado: “Cuando de nada sirve rezar… “, ya no queda nada por hacer, más que esperar que amanezca para terminar con la condena de vivir.
Un beso y gracias por tu comentario
PS Sobre la platica pendiente, luego te escribo.
¡Wow! ¡Qué relato! ¡Y le llamo relato porque no se le puede llamar "cuento" a algo tan real y de todos los días! No sé por qué me hizo pensar en las muertas de Juárez. Muy bueno Marichuy... Ojalá un día te pasees por mi blog (luisfelipepacheco.blogspot.com). Me gustan los comentarios tan atinados y sinceros que te he visto en diferentes espacios. Nada sería más halagador que conocer tu opinión de mis escritos. Te dejo un beso.
pienso que no hay pelicula o libro que pueda terminar de narrar situaciones como esta, imagino que lo que se diga siempre es poco..Se me erizo la piel del coraje de saber que por desgracia es mas comun de lo que uno cree.
Muy conmovedor nena,no se si se conveniente orar en esos casos... pero la fe nunca sobra. dicen.
besitos!
NI MÁS... NI MENOS
Marichuy, en la imagen de tu post aperece Dios y en tu texto la ausencia de él.
El dramaturgo expresaría:
Sombra ambulante es esta vida, mísero actor que en el escenario se afana y pavonea un momento y al cabo, para siempre, calla su voz. Relato de un idiota, lleno de ruido y furia, que nada significa. - Shakespeare. Macbeth.
Anteriormente me he puesto ha pensar, si yo como hombre fuese violado brutalmente. No sabría si volverle a sonreir a la vida o morir...
Cabe preguntar: ¡¿ DE QUÉ MATERIAL SE TEJEN LOS SUEÑOS ?!
... OPENING
Excelente relato! Un placer gigante leerte.
Siempre he creído que narrar una violación, en cualquiera de sus participantes, es el rubro más codiciado por cualquier escritor.
En lo personal, sólo había leído el pasaje de "Azteca", que lo narra a medias, dejando mucho a la imaginación del lector.
Me gustó la manera en que lo manejas, tuve claramente la idea bien llevada, hasta sentí ganas de patear al bruto ése!!.
Y sí, la mafia policíaca es casi tan efectiva como la mafia taxista y cumbiera.
... aunque por raro que parezca, yo siempre me he encontrado con policías con la moral y ética muy en alto. :)
Abrazos mi estimadísima Marichuy!!
Más que Persépolis (que leí, pero aún no he visto), recordé Maus, de Art Spiegelman. Como han dicho ya Potter y Quantum, una ilustración que muestra o insinúa algo y un relato que denuncia/reclama, casi en el mismo sentido, su ausencia.
Un doble círculo al leerlo, porque los personajes no saben si su realidad es o no ficción. Y los lectores, también. O tampoco.
Muy crudo, mucho.
Pensar que tal vez cerca, muy cerca, hay personas sufriendo así y no lo sabemos, ni podemos ayudarlas...
Al ser humano aún le queda tanto camino.
Un abrazo, querida Marichuy
A veces Mari, o bien, muy seguido, se me acusa de enjuiciar despiadadamente a la vida y sus caminos
muchas veces he tenido que terminar conversaciónes cuando la gente se indigna ante mi aseveración de que la justicia es un ridículo y convenenciero invento humano y que no tiene nada de divino
porque lo divino... no existe...
estas cosas suceden, aquí y allá y todos los días y caen seres a los cuales nadie les puede dar un por que
me parece un texto importante, si bien como decía Rius "no se puede vivir como si la belleza no existiera" ... tampoco se debe vivir volteando la cara e ignorando la sucia realidad que nosotros propiciamos todos los días.
Tu disculpes la acidez.
Besos
Luis Felipe
Creo que todas (la protagonista de esta historia) y las muertas de Juárez), son hijas de lo mismo. Obreras en maquiladora fronteriza o trabajadoras ilegales de aquel lado, a veces, sus infiernos no son tan distintos.
Un beso y gracias por tu comentario
Sonis
Muy cierto: no hay libro, filme o cuento, que pueda retratar con exactitud, en toda su dimensión el horror que esto encarna.
Un beso
Quantum
Creo que ese es el dilema para mucha gente educada en la cultura judeocristiana: haber crecido con la idea de la existencia divina y, llegado el momento, cuestionarse seriamente sobre la misma.
Difícil responder a tu pregunta... Supongo que los sueños, podrían estar confeccionados con base en nuestras propias carencias, ¿no?
Saludos
Mariano Magnífico
Gracias por tu amable comentario
Saludos
Jess
Un tema así ¿el rubro más codiciado por un escritor? Nunca lo hubiera creído.
Uted perdonará pero... nunca he leído "Azteca" (y lo peor, ni ganas); así que no tengo idea de cómo maneja la situación que comentas.
Suertuda tú, con los policías decentes que te has topado.
Un abrazo
Ivanius
Sobre la aparición de esa imagen de "Persépolis", aunque hay una significado (al menos así lo creo) alegórico, es sobre todo, un gusto personal.
El eterno dilema (casi como de Hamlet): creer o no creer, tener Fe o no tenerla.
Creo que en este tipo de historias, la línea que divide ficción de realidad... queda casi diluida.
Un abrazo
Virgi querida
Menos crudo, me temo, de lo que es la cruenta realidad de mujeres como la protagonista (o de las mujeres de Ciudad Juárez que comentaba Luis Felipe).
Muy largo el camino, que nos falta recorrer.
Un beso y gracias pro venir acá
Mau
Ups... nadie niega la existencia de la belleza. Es más, yo conozco a varios -amigos virtuales y reales- que viven felices en su burbuja protectora... para no mirar el lado feo de la vida.
Y hasta yo, en infinidad de ocasiones, me he preguntado qué caso tiene protestar, cuestionar o despotricar, si al final de cuentas nada cambia. Y no termino de responderme; apenas, atino a decirme que en algunos casos, el silencio puede ser casi tan terrible como el propio crimen.
De cualquier manera, quizá sea conveniente -para no espantar a los lectores de este blog- que la próxima vez intente escribir una historia "linda y feliz! (la cosa es cómo le voy a hacer, je)
Un beso
Mari
continuando nuestra plática, sé que si alguien no niega tal existencia eres vos siempre atenta a lo sensible pero de igual manera pones tú mirada en las cosas duras del mundo como ésta que hoy narras
por otro lado no creo que nuestros amables lectores se espanten con la crudeza o nunca nos lerían, je
creo que tus letras melancólicas o reveladoras son siempre apreciadas por quien las lee.
Besos
La ignorancia es mi anestesia para la rabia y la impotencia. Pero es bueno que disipes esa somnolencia con este tipo de escritos. Para estar alertas, para al menos en nuestros pequeños mundos, a nuestros pequeños alcances, prevenir y contrarestar la maldad humana con información y educación.
-- marichuy! perdon por el cuelgue!!! oye pero la migra no es tan mala, es peor!!! Besitous!!!
Mau
Siguiendo con nuestra plática virtual, los mexicanos somos muy dados a aplicar el doble rasero: nos horrorizamos por el balazo a un futbolista (no digo que no sea condenable) y sin embargo, ante hechos criminales como los ocurridos recientemente en Ciudad Juárez, no mostramos el mismo grado de consternación, y si alguien nos recuerda los feminicidios en esa misma ciudad, lo llamamos catastrofista, exagerado y negativo.
C'est la vie y no precisamente... la vie en rose.
Un beso
José
Sin duda, la ignorancia es un buen anestésico y a veces, hasta símil del prozac: es feliz el que no sabe del lado feo de la vida.
Saludos y gracias por tu comentario
Jota-pechocho
Si verdad? Ellos tan lindos y yo tan desconsiderada... que todavía me atrevo a calumniarlos.
Un beso
Mari: Y pensar que situaciones como la que retratas en tu cuento son la punta del iceberg de lo que sucede en la cicatriz fronteriza ... el mal (la capacidad del ser humano de provocarla) es inagotable.
Un abrazo.
Gab
Esa cicatriz fronteriza, como bien la defines, estuvo todo el tiempo en mi mente mientras tecleaba esto. Y pensar que no son los únicos ejemplos.
Un abrazo y gracias
In your honour and in the honour of wall the Writwrs and Poets, I published an ilustration.
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