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22 marzo 2010

Tizne de Pájaro Azul


 Por Jolie

Cuando era muy pequeña, el Abuelo le regaló en aquellas vacaciones un pájaro azul, una avecilla según la descripción en su memoria eidética de alegre colorido y pecho naranja.  Pasaba las tardes dibujando dioramas creados especialmente para él,  que colocaba como escenografías con cintas detrás de la jaula

Terminados los días poco antes de volar a casa, volver a la escuela y las obligaciones diarias junto con sus padres, el ave murió paradójicamente en vísperas de la resurección.  Lo envolvió cuidadosamente en una tela de encaje y lo llevó al atrio de la pequeña capilla que había en aquel Jardín, lloró un poco teniendo al pequeño animal entre sus manos y decidió ocultarle el desceso al Abuelo, para no darle un disgusto por su enfermedad.

 Y ahi estaba, quemando sus iridiscentes alas una pluma tras otra frente al cirio enorme que siempre se hallaba encendido. De pronto alguien entró, era  la cocinera que interrumpiendo el ritual tan particular, extrañada le preguntó que era lo que estaba haciendo, ella ocultó al pobre animal desplumado bajo su vestido sin fijarse que en el roce,  tiznó el pequeño delantal de gasa que llevaba puesto,  no supo decir más nada se secó las lágrimas y solo se le ocurrió decir que estaba quemando una carta de amor.

9 comentarios:

Patricia Ibarra dijo...

Muy bello tu escrito, me hiciste recordar mi niñez y a mi abuelo tambien...

Saludos a todos!

JP dijo...

-- si! quemar a los muertos es liberar esta maldita materia que somos: un ave de plumas deseosas de volar. Que lejos llejas Jolie!!!

QUANTUM dijo...

Lascia ch'io pianga ésta es la bella melodía que estoy escuchando en éste bello post.

Jolie, en la parte final de la lectura viene a mi mente la imagen de las perlas en el rostro de la pequeña niña, eso me ha fulminado... y me ha traido remembranzas: En mi infancia vivía con mi familia(mi madre y mi hermano) en una casa a base de láminas de cartón; no tenía muchos amigos y recuerdo que un día caminé un poco para darle sepultura a un gatito con el que convivía. Rezaba por que reviviera; ahí en el suelo lo acaricié por última vez y fue inevitable detener el paso de mis lágrimas...

Jolie, le mando un abrazo fuerte!!

Procuremos disfrutar el día.

Ivanius dijo...

Hay nostalgias que, en vez de destruir, nos alimentan, porque nos muestran que tras la fragilidad los afectos permanecen.

Abrazo.

jess dijo...

En algunos países, los hombres, en lugar de joyas caras o piedras preciosas, regalan pájaros raros a sus amantes, para enaltecer su fidelidad.

Un pájaro azul.... mmmm nunca tuve uno de ese color.

También recordé mi infancia.

Saludos!

marichuy dijo...

Jolie

Hay seres (como un pájaro azul, por ejemplo), tan extraordinarios que parecen estar destinados -casi como parte de una extraña justicia divina- a vivir poco tiempo... y a permanecer por siempre en nuestro recuerdo.

Un beso

Mónica Sánchez Escuer dijo...

Extraños rituales de la infancia. Me gustó tu cuento, y el final es muy bueno. Saludos.

MauVenom dijo...

Tu historia es tan dulce como en su momento, tétrica

a que niña se le ocurre desplumar al pajarito muerto y quemar las plumas?

me imagino que a una suficientemente lejana de esta dimensión como para creer en cartas de amor a su edad... y además pensar que los demás puedan aceptar tal historia

con raros arrebatos o románticas mentiras la pérdida es el arranque de la nostalgia, el inicio de un camino solos... el como lo enfrentamos trae en resultado las memorias o algún relato como éste.

Sigues siendo aquella chica fuera de época que te dije alguna vez.

Besos

SKIZO dijo...

In your honour and in the honour of wall the Writwrs and Poets, I published an ilustration.