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11 agosto 2011

Guardador de puercos


por Ivanius

Harto de que lo tomaran como ejemplo de lo imperfecto, el hijo pródigo decidió concentrarse en la crianza de cerdos.

Tras una temporada de miseria y sobras, finalmente pudo comprar (las malas lenguas usan otro verbo) dos lechoncillos que instaló en un corral frente al bosque. Allí comenzó la prosperidad, siempre más sospechosa que la intachable pobreza.

Por eso, cuando alguien acudía a preguntarle por qué se le veía feliz, si según la parábola debía estar arruinado, el pródigo le invitaba a recorrer juntos la granja y contemplar de cerca a los animales, rotunda evidencia contra el escepticismo.

Sólo tras su muerte se supo que no sólo descubrió cómo hallar trufas: los animales también habían desarrollado un peculiar apetito, saciado puntualmente gracias a los curiosos que pretendían descifrar su secreto.

"Guardador de puercos" Relato de Ivanius. Texto: © Chanchopensante.com Imagen: Wikimedia Commons.

7 comentarios:

la MaLquEridA dijo...

Creo que nunca visitaré al hijo pródigo, prefiero quedarme con la duda de como prosperó.


Besos Chanchito, ¿Tu no perteneces a ese hato de cerdos verdad? No vaya a ser la de malas.

jess dijo...

A mí siempre me cayó mal el hijo pródigo.

Malgastó su fortuna y regresó y le hicieron una mega fiesta que nunca le hicieron al hijo "bueno", y le volvieron a dar parte de la riqueza familiar.

... Mínimo aquí, él dejó de ser un vago y se puso a trabajar.

Jejejeje toda indignada yo.
:P

Saludosssss Ivaniusssssss!!!

QUANTUM dijo...

Los tres cochinitos. Soñaban.

Quiero decir, los dos.

marichuy dijo...

"la prosperidad, siempre más sospechosa que la intachable pobreza"

Gran frase y gran verdad. Tristemente.

Los cerdos felices... y listos.

Abrazos

Ivanius dijo...

Malquerida: Buena decisión, nunca se sabe qué pueda suceder entre los cerdos.

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Jess: El primer diálogo entre hermanos tras el regreso debe haber sido épico. Sobre todo por la cruda, claro.

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QUANTUM: Y cuando despertaron, tenían hambre.

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Marichuy: Gracias. Sí, es triste. Lo peor es que prosperidad signifique para muchos "cualquiera que tenga un poco más que yo", y el término pobreza sea empleado como sinónimo de "patente de corso". Los cerdos, esos sí, sólo atentos a su instinto.

Jesús Estrada Sánchez dijo...

I like pigs... they have good taste!

Paloma Zubieta López dijo...

¡Santos chanchos caníbales, Batman! ;o)