Por Lidia
La noche trajo consigo, no sólo un color oscuro en el manto celeste, sino también grandes, continuas y agresivas gotas de lluvia que no menguaban un sólo minuto.
Maximiliano se encontraba vestido pulcramente entre colores azulados y grises, y su silueta se erguía firme y cándidamente frente a la única ventana de mi departamento que daba hacia el exterior, y cuando se percató que faltaría un buen rato para poder retirarse a su vivienda, se quitó el saco, desanudó su corbata y se sentó a la orilla de mi cama.
Yo permanecía incólume recargada en mi cabecera y le veía fijamente mientras apreciaba su increíble estética masculina.
Siempre había creído que le conocía más que cualquier otra persona en el mundo.
La lluvia arreciaba, y las mangas de mi sudadera corrían el maquillaje oscuro de mis ojos mientras los tallaba torpemente.
Abracé mis rodillas para que Maximiliano tuviera más espacio para recostarse en la cama en la que tantas veces habíamos dormido abrazados.
Nunca me había preguntado cuáles eran los sueños de un hombre como él.
Nunca había sentido tanta curiosidad hacia él hasta esa noche.
Maximiliano fue el niño solitario que siempre estuvo en el cuadro de honor.
La ausencia de una figura materna le había hecho parecer un niño abstraído que observaba al mundo detenidamente para luego realizar hipótesis acerca de la condición humana.
- Define al mundo Max.- Le pregunté alguna noche anterior mientras me recostaba en su torso.
- Es una melodía nostálgica.- Respondía él entre risas que sólo yo conocía.
O al menos, yo creía ser la única persona en el mundo que conocía la manera en que él sonreía.
- ¿Y bien?.- dijo Maximiliano recostándose en el espacio que le había hecho en mi cama.
Yo volteé a ver esa pequeña caja cuadrangular situada a mi lado derecho, y enseguida de eso, volteé a ver sus increíbles ojos que se encontraban a la expectativa de mi mirada.
Me comencé a balancear de atrás hacia adelante una y otra vez para intentar calmar mi ansiedad.
La lluvia enfureció más, y ante mis silencios, Maximiliano se puso de pie, tomó su saco, volvió a colocarlo y cuando dio el primer paso hacia la puerta de la habitación, las palabras brotaron de mis labios:
- Pero con una condición.- dije yo ahogando el llanto y fingiendo indiferencia.
- Lo que tú me pidas.- dijo él volviendo la vista hacia mí.
- Quiero que él esté sentado al otro lado de mí.- continué yo viéndole fijamente.- Así a la hora de que tú voltees hacia tu izquierda para hacer tus votos, él los esté escuchando de tu viva voz y te esté mirando directamente.
Por primera vez en mi vida, ví quebrarse a Maximiliano y miré la manera en que sus lágrimas brotaban de sus increíbles e intensos ojos.
Se acercó a mí y me abrazó fraternalmente, mientras yo también me quebraba y comenzaba a llorar.
- ¿Y a mi lado derecho? ¿Quién deseas que esté?.- preguntó él mientras se incorporaba nuevamente.
- Eso no es importante.- tartamudeé yo.- Él no está enamorado de mí- dije desviando mi mirada.
- ¿Pero qué hombre no podría estar enamorado de ti?.- dijo Maximiliano sin entender mi respuesta.
- Alguien que esté enamorado de alguien más.- Dije yo viéndolo fijamente.
Maximiliano sonrió fríamente, acarició mi pelo, besó mi frente y salió de la habitación.
Yo volteé a ver la pequeña caja que nadaba entre mis sábanas, la abrí y coloqué la pequeña y brillante joya en mi dedo anular.
Después de todo, qué mujer no sueña con recibir un tifanny rosado.
6 comentarios:
Hummm, hoy no se, me dejaste con un gran signo de inerrogación!!!!
Seran las desveladas en tu tierra??
Linda tarde!!!!
Bienaventurados los corazones rotos, porque de ellos es la convicción de haber amado.
Dichosos todos los ojos que por amor han derramado más de tres lágrimas, porque ellos son dignos de mirar al horizonte.
Lidia
Le mando un beso en sus bellas manos.
[volaré]
joven Pablo, ahhhh bueno es que el texto en sí, no es muy claro...... ya ves cómo soy yo!! jejejeje dejo una ventana abierta para los lectores.
Y oye! andas por estos lares?
Dime dónde para recomendarte lugares!!!
Un abrazo!!!
QUANTUM, ay qué bonito tu comen!! y sí, bienaventurados ellos..... y de vez en vez, un poco desgraciados también.
Abrazitos!!!
:)
Grazie Mile por sus comens!!!
Anduve por allá!!! Nos quedamos en Irapuato, desde ahi sali a Guanajuato, Leon, Salamanca, Celaya, Abasolo, Tarandacua, Coroneo, Romita, etc. etc. etc.
Ya regrese, pero andaré de nuevo por allá, ojala puedas recomendar y mejor aun saludarnos!!!!
Saludos
Como sabemos desde el principio de los tiempos.... nunca se puede tener todo en la vida, querida Jess. El diamante no siempre viene acompañado del mejor hombre (o del que amamos, sea o no el mejor). Creo.
Un abrazo
Joven Pablo, ... uhhhh será para la siguiente ocasión entonces!
Saludos!!!
Mi estimadísima Marichuy, exactamente nunca se puede tener todo en la vida... y muchísimo menos, al mismo tiempo....
Y cada quien decide qué clase de diamante aceptar para tooooda (toda?) la vida. :)
Un abrazote linda!!
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