Por GA
Don Ignacio...Nacho...Abuelo:
Escribo
esta carta en busca de conocerlo (o conocerte, aún no me queda claro si
debo llamarle de usted o tomarme de una vez la confianza del tú)
personalmente porque de conocerlo, hace mucho que lo hago, no pasa un
año sin que vea Macario y de vez en cuando alguna otra de sus películas,
aunque ninguna como ésa que veía cada día de muertos con Inocente, mi
otro abuelo, o para decirlo mejor, el único abuelo que conocí y que tuvo
a bien apagar su vela el año pasado. Es por eso que me decidí a
enviarle esta carta. Cada año, por estas fechas, él y yo nos sentábamos a
ver Macario, que para mí era una versión comentada por él, mi abuelo,
quien tenía la habilidad de tornar distinta la cinta cada vez, que me
dejaba estupefacta una y otra ocasión que contaba esa su historia, a la
par del correr de la película. Ahora que cada día que pasa lo extraño
más, he decidido buscar un abuelo que cumpla las grandes bondades de
Inocente y ese, no puede ser otro más que usted, que lo ha interpretado
tan bien durante tanto tiempo.
Me
convencí que era usted el abuelo que busco al ver su cara en toda la
ciudad, carteles que anuncian su nueva obra de teatro pero que para mí
han sido las claras señales de que debo ir en pos de usted. Si acepta,
como estoy segura lo hará, podríamos hablar de política e incluso
asistir a uno que otro mitin, podría escuchar todas las anécdotas que ha
atesorado a lo largo de su vida, subir un cerro, jugar baraja, hacerle
travesuras a la abuela o a cualquier miembro de la familia que se
encuentre cerca, preparar una barbacoa, cantar a los tigers del norte,
hablar del trabajo en una curtidora, en la pizca de ajonjolí, en la
jardinería, podríamos hacer cuentas de su edad (sé que también nació en
1925) o simplemente, simplemente podríamos sentarnos en su sillón a ver
una película en donde los protagonistas coman un pavo gordo.
5 comentarios:
He disfrutado el cine mexicano.
Hubo un tiempo en el que me tocó rodar por las calles y sentía mucha hambre y quería comerme un pollo rostizado para mi solo. Entonces me tocó ver la película de 'Macario' y descubrí que es una maravilla ver cine.
Otra película en la que participó Lopéz Tarso fue "El hombre de papel" en el que interpreta a un hombre que carece del habla, un mudo. Me conmovió ver a un ser que desconoce el valor del dinero y piensa que puede comprar sueños. Una marioneta le saca una sonrisa y cree que puede haber una amistad... pero el muñeco de madera, después de haberlo pagado con dinero, quedó sin vida.
La tercera película que me gustó, y para terminar este comentario con un final feliz, es en donde interpreta al maestro Francisco Gabilondo Soler en "Cri Crí, el Grillito Cantor". El papel-moneda de los sueños es la imaginación.
[La marcha de los juguetes]
Gracias Quanttum.
Espero que en algún momento Don Ignacio lea esta carta
y que la lea Macario también
ambos son leyenda, aunque diferente, que converge en algún punto, mismo que hoy eres tú y los que al leer tus letras pensamos en pasados, abuelos, egoísmos culinarios y en la muerte misma.
Abrazo
Ojalá Lòpez Tarso leyera esta carta y sí, sí hubiera pavo. Podría pedir que me invitaran, pero no, porque si se diera, si fuera cierto estaría bien comerse el pavo solo, sólo con él agradeciendo la vida. Saludos.
Mau y Lumpen: yo creo que debería leerla, poner cuatro pavos gordos e invitarnos a su mesa. Eso sí sería legendario, lo que le sucediera después a nuestras velas, sería lo de menos. Un gran abrazo a ambos.
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