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30 noviembre 2009

en silencio

"Busco la infancia que soy;
la llanura, la sombra del árbol gigantesco,
el único mar sin fondo,
el caballo desbocado en su furia
el verdor de la montaña junto al cielo"
 [Mía Gallegos]

Despertó en las primeras horas del día por venir… otra vez ese sueño del  viaje realizado en compañía de él, una noche de noviembre tan fría como la de ahora… una vez más, volvió a sentir aquella sensación de frialdad que la acompañaba desde hacía tiempo y que no era causada por las tempranas nevadas… el trayecto se alentaba debido a la niebla que cubría la carretera, pero él se negaba a escuchar su petición de detenerse y esperar a que hubiese un poco más de claridad… Ya completamente despierta, recordó el silencio tan denso como las brumas de aquella tarde; se vio a sí misma, hundida en sus pensamientos con la mirada perdida en el nevado paisaje... en ese punto detuvo su remembranza y se levantó de la cama, instantes más tarde, se hallaba frente a la mesita-escritorio dispuesta a escribir una carta...

Querían saber qué pasaba conmigo, el por qué de mi decisión. Respondí con la verdad: necesitaba alejarme de todo; reflexionar en lo que quería, en lo que realmente buscaba de la vida. Sé que para todos, en especial para ti y mi padre (quien aún guarda la esperanza de que se me pase esta "locura)", mi decisión resulta incomprensible. Fui la más pequeña de mis hermanos, de quienes me separan nueve años; una niña introvertida y solitaria desde el kindergarten. En mi adolescencia, mientras veía a mi hermana mayor ir de un novio a otro y de fiesta en fiesta, más me sumergía en las lecturas y en mi misma; tan dedicada  y metida en los libros y en mis estudios, que antes de cumplir 20 años ya estaba licenciada y hablaba tres idiomas. Mi padre parecía orgulloso de tener una hija "geniecito" que debió adelantar grados escolares.

Al enterarse de mi beca para realizar estudios de posgrado en el extranjero, que me llevaría a pasar cuando menos tres años lejos de casa, mis hermanos temieron que la "niña de los ojos" de papá no aguantara ni dos meses lejos del seno familiar. En un principio, yo también tuve mis dudas, pero al poco tiempo me di cuenta que no sólo no me entristecía estar a diez mil kilómetros del hogar paterno, sino que me sentía mejor, más libre y dueña de mí. Los estudios no absorbían todo mi tiempo, por lo que podía dedicarme a dar largas caminatas, visitar museos e iglesias -aunque no durante el oficio religioso, sino cuando se hallaban libres de gente y murmullos. Durante esas visitas, empecé a experimentar una sensación desconocida para mí: la paz interior. Ahí, sentada en la banca de alguna antigua iglesia, podía transportarme a sitios remotos, libres de ruidos tan ensordecedores como vacíos. Me veía apartada del mundo, olvidada de este y por este olvidada, como dice el poema de Alexander Pope.

Entiendo que les cueste trabajo aceptar que alguien como yo, que dista mucho de carecer de alternativas y medios para sobrevivir en un mundo egoísta y competitivo, haya optado por vivir en este sito. No les cabe la idea de una mujer preparada que ha viajado, amado y sido amada, de pronto decida dejar todo atrás, renunciar a una vida “promisoria” para venirse a encerrar en este apartado rincón del mundo. Por qué hacer algo semejante, si hasta hace poco menos de dos años se encontraba en la relación de pareja "soñada", próxima al matrimonio con un hombre guapo, adinerado, gentil y comprensivo.

Por más IQ, estudios y lecturas en mi haber, no tengo una respuesta que les satisfaga; lo que me condujo aquí no es sencillo de explicar. Supongo que les sería más fácil de aceptar, si mis circunstancias hubieran sido distintas y sólo me quedara como alternativa la vida conventual, cual si doncella indemne en las postrimerías del Siglo XIX. Carezco de una respuesta que despeje todas sus dudas, puesto que yo todavía guardo algunas y tengo muy claro que el camino que me espera será largo. No me asusta que los inviernos sean más largos y fríos, la luz del sol escasa y la melancolía un estado de ánimo perenne; después de todo, ella siempre ha estado a mi lado. Me acompañó en los días que caminé por ciudades remotas, modernas o milenarias; estuvo conmigo el tiempo pasado a tu lado, cuando por vez primera acepté que esa vida no me llenaba, que tendría que haber más, algo que me hiciera sentir plena, en perfecta comunión conmigo misma y con lo que me rodeaba.

Me preguntaste si en verdad esto era lo que yo quería y hoy, en medio de este silencio que no es denso ni duele, puedo asegurarte que aislada de todo, lejos de lo que fui, vivo en plenitud. No tengo que ir a ningún sitio para sentirme bien o estar a solas conmigo. Si la felicidad se mide por la falta de angustias y la paz interior, podría decirse que soy feliz. Leo y escribo. Sabes que siempre me gustó hacerlo y aquí en este aislado lugar, puedo dedicarme a ello sin que ruidos tan estruendosos como vacuos me distraigan. Desde que llegué, hace ya quince meses, he escrito a diario; no sólo llevo un registro de mis días, también hago otro tipo de escritos más reflexivos. Como vivo en un silencio casi absoluto, todo lo que pienso (y pienso mucho y con más orden) lo transcribo a un cuaderno; hasta ahora he llenado tres… quizá algún día tenga la oportunidad de publicarlos…

...interrumpió la escritura de la carta, más tarde la terminaría. Ahora debía prepararse, pues pronto amanecería y tenía que estar lista antes de la Hora Prima y el Angelus…



imagen tomada del sitio www.chartreux.org/

39 comentarios:

Champy dijo...

Al final?

Generaste un gigantesco suspiro en mi.....maravilloso. De esos que te relajan purifican y alivian....

Tantas ataduras, propias y endilagadas...cunato pesan.

Hace poco no recuerdo donde, hablabamos de las expectativas, como dañan.

En ocasiones yo quiero lo mismo.

Bueno iba a decir quitandole el toque místico, pero quizá sea consecuente del estado alcanzado y vale.

Bella historia.

2046

Miguel Ángel Fraga dijo...

Físicamente se refugió en el confín del mundo, pero su corazón late todavía, anhelando aquello por lo que no quiso luchar.
Un cuento gélido para recibir este invierno.

Dan d'O dijo...

Hola Marichuy,

Me siento muy identificada con el personaje que escribe la carta, sobre todo cuando dice:

"[...] pero al poco tiempo me di cuenta que no sólo no me entristecía estar a diez mil kilómetros del hogar paterno, sino que me sentía mejor, más libre y dueña de mí."

En mi caso fue el hogar materno, y la persona que yo era antes, de alguna manera fue necesario matarla, pues no quería morir sola ni dejarme vivir. Esa suspensión o sensación de imposibilidad de vivir no es visible para los otros, por lo que el exilio no es entendible, ni perdonable. Creo que yo aún tengo esa culpa que algún día me hará escribir una carta.

Un fuerte abrazo, Marichuy...

malbicho dijo...

a los once años tenía decidido mi futuro: sería eremita, consagrada al estudio y a la contemplación de un mundo que sentía ajeno

a veces es tan cómoda la soledad

marichuy dijo...

Esto es un poco fuera de tema, aunque sólo un poco. Pero si no lo pongo en un sitio donde se publican escritos, llámense como se llamen, no sé dónde podría ponerlo. Y no es por su obtención del Premio Cervantes, sino por algo más esencial: ser un poeta nítido y modesto; una rara avis en un mundo literario mexicano plagado de vedettes. Del poeta chilango José Emilio Pacheco:


"En un mundo erizado de prisiones
Sólo las nubes arden siempre libres.

No tienen amo, no obedecen órdenes,
Inventan formas, las asumen todas.

Nadie sabe si vuelan o navegan,
Si ante su luz el aire es mar o llama.

Tejidas de alas son flores del agua,
Arrecifes de instantes, red de espuma.

Islas de niebla, flotan, se deslíen
Y nos dejan hundidos en la Tierra.

Como son inmortales nunca oponen
Fuerza o fijeza al vendaval del tiempo.

Las nubes duran porque se deshacen.
Su materia es la ausencia y dan la vida"
[Nubes]

marichuy dijo...

Champy

No sé qué tanto sea una mera idealización, pero la idea de vivir apartado del mundo (tanto como sea posible), siempre me ha parecido tan deseable como difícil de alcanzar. No creo que se trate de evasión, va mucho más allá de eso.

La vida conventual no debe ser sencilla, eso es obvio (y menos la de los Cartujos), pero no por ello es menos respetable quien decide optar por ella.

Besitos

marichuy dijo...

Misuangelo

¿Te parece? Fíjate que a mí, se me hace que el refugio no es tanto físico como interno. Tal vez no es que no haya sabido luchar, sino que no quiso hacerlo... porque eso (lo que dejó atrás), no era lo que deseaba para sí.

Te agradezco tu comentario

marichuy dijo...

Daniela

Sin duda el exilio más difícil de entender (y a veces el más criticado) es el que se hace por deseo propio. Los autoexiliados, ya sea a diez mil km de casa o en la propia ciudad, no siempre somos bien vistos, menos entendidos.

Dicen que todos en algún momento debemos "matar" eso que nos aprisiona.

Te agradezco tu visita
Un abrazo hasta Torino

marichuy dijo...

Bichito

Edad muy temprana para tener decidido el futuro. Fíjate que yo a los once años, aún no deseaba vivir apartada del mundo; eso me vino a la mente conforme fui conociendo (que no entendiendo del todo) la vida.

Gracias por leerme

Dan d'O dijo...

¿De cuáles vedettes hablas, marichuy? ¿De Carlos Fuentes? Hace mucho que no sigo el panorama literario mexicano. Lo último que supe fue lo que leí en una revista francesa de Marzo de 2009, en un artículo sobre el salón del libro en París que tenía como invitado a México. De ahí saqué algunos nombres y llegué a encontrar algo de Jorge Volpi y Juan Villoro. No sé que pensar. Luego llegó a mí "los esclavos" de Alberto Chimal. Te agradecería si me pudieras ilustrar.
También Octavio Paz fue un poeta nítido y chilango. Según la revista francesa (y un poco según yo) fue Carlos Fuentes quien lo echó todo a perder.

¡Saludos!

Potter dijo...

Miss Mari

Sin duda el mejor texto que he leído en este mes, lleno de una verdad tan concreta como las catedrales e iglesias que ella recorría en silencio… Es un grito de libertad mudo, que solo pueden dar algunas personas, pero que sin duda es enormemente atrayente

Muy bien hecho mari, muy bien!
Sabes que te quiero y mucho….

marichuy dijo...

Daniela

Huy no acabaríamos; pero ya con lo publicado en esa revista francesa, te darás una idea. El Magíster Paz -con quien nunca habría coincidido en sus posiciones político/ideológicas- es un poeta mayor, pero en su nombre han surgido tantas Vedettes (date una vuelta por Letras Libres, para que te des una idea, nada más ve su presentación al abrir su página web).

Y sí, José Emilio Pacheco es rara avis, pero debí aclarar que en el mundo literario de los vivos. Un hombre modesto, alejado de las declaraciones alharaquientas y estentóreas. Lejos de ser acomodaticio y buscar figurar ante los reflectores venga o no al caso; lo suyo es ser poeta, no propagandista de sí mismo. Una rareza.

Ayer en la FIL de Guadalajara, decía Julio Ortega (escritor):

"La poesía de Pacheco demuestra que el mundo es menos inteligente que el lenguaje; el mundo es caótico, irracional, violento, pero el lenguaje sirve para ponerlo en orden e incluso convertir su extrañeza y su inamistad en emoción y en belleza gracias a las palabras"

Un abrazo

marichuy dijo...

Potter

Querido, considerando que este mes apenas lleva unas horas... no habrá mucho con que comparar este texto (jeje).

Me gusta tu visión: un grito de libertad... mudo. Los gritos más penetrantes e intensos, las más de las veces, se dan en silencio.

Un beso y gracias

Ju dijo...

Me encantó. Y la entiendo.

De alguna manera me he sentido así, en el sur de mi país. Para mí el sur, la Patagonia, es el lugar más perfecto de silencio; de naturaleza, y también de misterio.
De vez en cuando, y no necesariamente por disconformidad con el lugar en el que me encuentro, pienso en vivir el algún lugarcito en la Patagonia.


Doris Lessing, la gran Doris Lessing, en su Nobel Lecture, que por cierto es muy recomendable, habla de encontrar ese "empty space" para escribir, yo agrego: también para pensar.

Se necesita soledad, necesito soledad, para eso: para pensar, para escucharme, para dejarme ser.

Abrazo.

Ju

Anónimo dijo...

mi vena antisocial me hace comprender en cierto modo, no se si acertado o no el contexto de tu personaje, del como se siente y las razones por las que a veces uno lo unico que necesita para ser feliz es aprender a conocerse a si mismo y solo lo terminas logrando con el egoismo de guardarte para ti.. lejos.
Muy padre nena, me gusto mucho..hasta me dio friooo de imaginarme ese lugar.. que rico! bbrrmm!!
un beso

virgi dijo...

Marichuy: chapeau!
Te ha quedado de libro.
Me he sentido en la piel completa y solitaria, serena y reflexiva de esta mujer.
Te felicito.
Besos y aplausos

marichuy dijo...

Jules

Un gusto verla por acá, mi estimada.

Completamente de acuerdo, La Patagonia es un buen lugar para apartarse del mundanal ruido; para pensar y observar.

De Doris Lessing, he leído poco y debo confesar -quizá fue mal momento- que no me encantó.

Un abrazote y gracias por leerme en este sitio.

PS ¿Viste "El gran silencio" (sé que no es para todo mundo este film, pero si no tienes adicción al cine violento y de acción, te puede interesar)?

marichuy dijo...

Sonis

Algo de egoísmo habrá, en el deseo -y acción- de irse lejos, de apartarse de todo. Pero ¿acaso no es el mismo egoísmo que prima en esta sociedad llena de ruidos tan estentóreos como vacuos? Al final, la vida es una y de una… y si eso es lo que se desea… pues a ir tras ello.

Un beso

marichuy dijo...

Querida Virgi

Tú, tan linda como siempre... el frío, creo que si se llega a sentir un poco (y espero que no sólo por la imagen que ilustra este post, jeje).

Muchas gracias por el sombrero, pero sobre todo, por tomarte el tiempo de venir a leerme aquí.

Un besote

saqysay dijo...

Rayos!
Marichuy...

Me haz hecho reflexionar, ya que yo, vivo en el rincón del mundo. Cerca del polo sur. A medida que te iba leyendo, iba imaginado lo mágico que representa ese lugar, que para algunos de nosotros, debe ser el menos apropiado.

Qué rico es sentir esa PAZ interior, lo cual le permite gozar de una tranquilidad que todos añoramos. En cierto modo no creo en el destino, pero hay casos que ya viene con un destino pre-escrito. Que los oficios que realicen nunca, serán del completo agrado. Ella se permitió amar y ser amada, no fue suficiente, ella quería llegar más allá.

Bella misiva, Bello post. Como siempre me haces re-plantearme las cosas. Lo leí lentamente, mientras afuera llovía torrencial mente, eso a las 9 de la noche, cuándo se dice que estamos en primavera, pero se asemeja más a Otoño - invierno...



Cariños, nostálgicos!

Jo dijo...

Marichuy
Siempre existe algo que se anhela y algo que te seduce. Puede ser una idea, o un objeto, o un lugar pero te provoca buscarlo,
volver a él o a ella. Hay un deseo importante, avasallador que hace que todo se mueva, que hace que tu te muevas, junto con el viene el crecimiento
y el desarrollo o todo lo que implique el enriquecerte como persona. Tal vez ese sea el cambio.

a veces es el autoexilio
a veces es ir dejando algo de nosotros en cada letra
... seguramente hay quién no entienda ciertas decisiones y busque estar hurgando demasiado tratando de saber porques o batallando en que uno diga cierta explicación cuando no hay

a veces solo es pura convicción

marichuy dijo...

Saqysay

Creo que ya tienes una parte ganada: vivir casi en el "último rincón del mundo" (como dices vos). Qué mejor sitio para replantear lo que necesites replantearte?

Ahora que te leo, me imaginé al Director de “El gran silencio” (Philip Gröning, un alemán que no es luterano sino católico), viviendo ahí alejado de toda la modernidad alemana, metido en ese Monasterio de los Alpes… por siete meses (y dice que al salir se sentía tan bien... hasta se me antojó).

Un beso hasta (casi) el polo sur y gracias por venir a leerme aquí

marichuy dijo...

Jolie

Está claro que, no a veces, sino casi siempre, los demás no entienden decisiones que no encajan a su modo de vida. Que alguien que en apariencia "lo tiene todo para ser feliz", decida apartarse de todo, renunciar a un modo de vida cómodo y común, seguro les suena más que inaudito.

saqysay dijo...

Sabes tengo en mi cabeza una mezcla de dudas emociones, que a ratos sería muy feliz en un lugar así.
Lejos de todos, pero la conexión con mi madre y hermanos(que no es mucha)pero igual hace que me aferre a ellos.

Este sería el mejor momento, de mandar todo al diablo e internarme en un lugar, de aquellos. En una de esas me rehabilito, Jajaja!

Besotes, querida!!

MauVenom dijo...

Un poco como le sucede a Daniela me puedo identificar con este texto de manera personal

es un sentimiento que no resulta ajeno

puedo entender con la clara consciencia de lo vivido y la oferta del mundo ya probada el encontrar (o buscar) la paz interior en la contemplación y el retiro

la concentración se sirve casi siempre del silencio

incluso, con todo lo sacrílego que soy respeto y a veces anhelo la voluntad del servicio religioso como un medio de auto control y comprensión de lo material

o al menos una forma de intentarlo

gracias por tu letras de invierno.

Besote

jess dijo...

Me dio la sensación de que la paz interna que la hacía feliz, sólo se conseguía a solas.

Siempre me ha sido difícil diferenciar el hecho de ser alguien solitario y el sentimiento de la soledad.

Yo no podría apartarme de las personas que me hacen feliz.
Estoy segura que rogué por la forma humana únicamente por estar a su lado.
Sin ellos, regresaría a ese lugar de donde surgí, sé que algún día regresaré a Su lado, pero ese día será cuando haya perfeccionado al ser original.

Las nubes..... cuando vayas en carretera fíjate... llevan meses flotando muy abajo... pareciera que puedes tocarlas... mi hermana dice que le da miedo, que sólo la niebla es tan baja.... ("Nebia" del Cirque Eloize es simplemente impresionante y trata de manera artística el tema)... quizás el cosmos está llevando a cabo unos ajustes, quizás se está sintiendo demasiado solo....

Abrazos linda!

Ivanius dijo...

Al terminar de leer me queda la intuición de haberlo vivido, de invocar algo así por lo menos cuando escribo: la paz en solitario, el recogimiento que no es encogimiento. Una sonrisa que no necesito ver para saber que existe sobre mi rostro. Luego llega el Ángelus.

Bello texto, Marichuy. Gracias.

Anónimo dijo...

... que más te puedo decir, soy de esas personas que necesita tener espacios de soledad... para recordar? para pensar? para soñar despierta? quizá para llorar?
no sé... pero anhelo llegar a casa buscar ese rinconcito de ella que solo es para mi...
tu escrito es un reflejo de lo que en muchas ocasiones he deseado, pero esos eslabones que traes atras y que aú.n estan, no dejan....
el poema de Pacheco, me encantó... sobre todo: "Las nubes duran porque se deshacen.
Su materia es la ausencia y dan la vida"
Un enorme abrazo
=D

Cuentos Bajo Pedido ¿Y tu nieve de qué la quieres? dijo...

Uuuy que denso, pero le he pensado a veces, huir de esa manera. Pero algo del mundo me atrae tanto que regreso corriendo. Saludos

marichuy dijo...

Querida Saqysay

Las ganas (a veces, casi una necesidad) de mandar todo al demonio, creo que todos las hemos sentido y a la hora de la verdad... no nos hemos atrevido.

Besos

marichuy dijo...

Mau

Desde mi punto de vista, esto que me comentas (y que de alguna manera, más de uno hemos experimentado), deriva del propio hartazgo social, ¿no? Alguien me decía ayer, que la renunciación le parecía una salida muy cómoda. Yo no estaría tan segura de eso; al menos no, en tanto que renunciar, apartarse del mundo, significa mucho más que la mera acción de mandar todo al demonio.

Un beso y gracias a ti

marichuy dijo...

Jess

Como lo percibo yo (que puedo estar equivocada), alguien que decide apartarse del mundanal ruido, enclaustrarse -en este caso literalmente-, y con independencia de los motivos que lo conduzcan a hacer tal cosa, no es una persona propiamente sola; es posible que solitaria sí, pero no sola.

Pero el ser humano está hecho para vivir en sociedad; siento que hay que tener un espíritu muy especial, para poder apartarse así, renunciando a todo lo que ha sido su vida.

Un abrazo

marichuy dijo...

Ivanius

"El recogimiento que no es encogimiento"; no, desde luego que no. En ocasiones, más bien es lo opuesto.

Gracias a ti

marichuy dijo...

Ana

Mientras más edad vamos teniendo, más pesados van haciéndose esos eslabones; las cadenas, más difíciles de romper.

Un abrazo y gracias por tu comentario

PS el poema de JEP, lo trasladé a imágenes, visualizadas en esa zona donde se encuentra enclavado el Monasterio Cartujo que parece en la foto.

marichuy dijo...

Cuentos bajo pedido

Quiero creer que en esta historia, hay algo más poderoso, más profundo, que una mera huida. Pero igual, se antoja.

Gracias por tu comentario

Lu dijo...

Desición importante, si las hay, es la q tomó la protagonista. Me deja pensando.
Hace poco en un programa famoso de x aquí entrevistaron a un chavo. Y digo chavo xq es mejicano; el tipo es actor y famoso. Tiene buena posición económica y está fuerte (es guapo). La cosa es q decidió tomar un camino més espiritual de la noche a la mañana y hace 9 años q es célibe y dejó de lado los grandes lujos. Sigue trabajando de actor pero filtra sus papeles q x lo gral. son representaciones bíblicas y predica constantemente desde su lugar de fiel.
Decisiones poco habituales pero totalmente respetables.
Yo creo q no podría.
Saludos argentinos.

marichuy dijo...

Lu

Decisión importante, definitiva en la mayoría de los casos; por lo cual, diría yo, debe meditarse muy bien (o quizá no, porque te puedes arrepentir, verdad?). Y sí, muy respetable... compartamos o no las ideas religiosas.

Un saludo y gracias

Fernando García Pañeda dijo...

Una mujer culta, muy inteligente, poco amada... Quizá fuera más sencillo de explicar desde fuera de ella misma. Quizá esta sociedad, este mundo, no está preparado para albergar personas así. Como el mundo no se retira, son ellas quienes lo hacen y "siguen la escondida senda, por donde han ido los pocos sabios que en el mundo han sido".
Muy hermosa carta, Marichuy.
Un abrazo.

marichuy dijo...

Fernando

Una senda que no me veo siguiendo (como no sea en mi imaginación). No obstante, siempre me he preguntado qué hay de diferente en quienes sí lo hacen; en qué radica su capacidad de abstracción, de renunciación a todo (de los Cartujos, en especial).

Un abrazo y gracias por venir acá

“Óyeme con los ojos,
ya que están tan distantes los oídos
y de ausentes enojos
en ecos, de mi pluma mis gemidos;
y ya que a ti no llega mi voz ruda,
óyeme sordo, pues me quejo muda”

Sor Juana Inés de la Cruz