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10 junio 2010

sístole y diástole

 "(...)Esta cosa estúpida con la que siempre se tropieza uno: no poder amar lo bastante para convencer al milagro..."  (Emmanuel Mounier, Cartas desde el dolor).
 
Yo, que alguna vez, soberbia como soy, me he jactado de tener facilidad para escribir cartas, hoy me sorprendo dudosa sin saber bien a bien cómo empezar esta y si, de hacerlo, debo emplear un querido. Temo que llamarte querido, y el hecho mismo de escribirte, sea un exceso. Eso en el mejor de los casos; en el peor, un acto pueril y absurdo. Pero para ser honesta, más que estas dubitaciones, lo que me inquieta es no estar segura del sentido de este intento epistolar. Aunque, tal vez, lo verdaderamente absurdo sean mis vacilaciones, habida cuenta de la vida que hemos pasado juntos; de las muchas horas ocupadas en hablarte, a veces pausadamente como se hace con un buen amigo; en otras, totalmente contrariada por lo que he considerado tus debilidades o por haber defraudado las altas expectativas que en ti había depositado. Y qué decir de las interminables horas dedicadas a lamentarme, a rogarte que no fueras a quebrarte en aquellos momentos de oscuridad en los que llegué a pensar que si tú te debilitabas, así fuera un poquito, yo no podría continuar. Tantos ruegos, lágrimas y dolores he cargado sobre ti, como si te creyera hecho de un material indestructible. Cuánto he dilapidado tus reservas en el sorteo de mis desasosiegos, dudas y equívocos a la hora de elegir destinatario para mis ímpetus.

En pocas palabras, he sido excesivamente demandante contigo y es momento de reconocer, sin disimulos ni atenuantes de ningún tipo, que por culpa de mis vaivenes emocionales y hormonales te he sometido a duras pruebas, exigiéndote un aguante y una fortaleza que bien sabía (sé), aunque no lo admitiera explícitamente, serían un exceso para cualquiera, más para alguien tan sensible y vulnerable como tú. Si intentara el conteo de todos los daños causados, esta carta sería interminable. Por ejemplo, ahora recuerdo los días en los que creí amar más allá de mis fuerzas (cursi frase y más cursi aún, creer en semejante cosa). Cuántos desasosiegos debí causarte; tantos, como disparates fui capaz de cometer, uno tras otro, llevada, según yo, por los efluvios de mis pasiones. Pasiones que en razón de su vehemente intensidad duraban menos que su recuento, pasando a ser prontamente sustituidas por otra… otra y otra. ¿Quién no se agotaría con semejantes variaciones y exaltaciones? Y sin embargo, es posible que nada te provocara mayores desconciertos y desajustes, que los periodos de calma que sobrevenían tras mis épocas de arrebatos. Cómo entender que al poco tiempo de vivir a salto de mata entre cambiantes y desbordadas emociones, casi de la nada me instalara en una placidez inanimada, bajo el efecto de una especie de anestesia emocional y sensitiva. Cambios de registro tan drásticos que a cualquiera volverían loco y que no cualquiera, por no decir nadie salvo tú, podría soportar sin protestar, con un algo que sólo puedo llamar estoicismo.

Tus males han sido los míos, cierto. Pero he sido yo quien los ha provocado, dada mi terquedad, mi incansable persistencia en seguir a la búsqueda del definitivo, aquel que venga a resarcirnos, a ambos, de todas las carencias, sinsabores y desconsuelos que a lo largo de nuestra vida juntos, como un solo ser que somos, hemos soportado y penado. Pesares a los que, por increíble que parezca, hemos sobrevivido gracias a una fuerza extraña que no sé si llamar instinto o mero acto reflejo. Y aunque no podría decir que hemos salido incólumes (salvo en el poema, nadie surca el pantano sin mácula, y mejor que así sea: alguna prueba de nuestro paso por este mundo debe quedarnos para cuando las brumas del tiempo hayan borrado la memoria de los días vividos, tengamos un vestigio al cual asirnos y constatar que hemos vivido... a plenitud), no podemos llamarnos derrotados. Aún no. En tanto tu estoico espíritu y mi proverbial terquedad nos mantengan avante -aún en tiempos inciertos e infecundos- seguiremos bregando en busca del amor con mayúsculas… mi querido, noble y, no pocas veces, maltratado corazón…

  

fotografía de Lourdes Almeida, parte de su muestra Sístole y diástole: reabsorción del universo


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34 comentarios:

Potter dijo...

Si no fuera por esaaaaaaaa Maldita imagen, habrìa dado un salto de alegrìa y sorpresa!

Estupenda misiva para aquel delicado e involuntario musculito, que nos hace sentir amados, pero sobre todo vivos!

Bella, muy bella carta, que incluso màs de uno guardarà en un blog de notas y la tendrà para modificar una que otra palabra y ... pedira una sentida excusa a quien lo merece.

Bella, tan bella como tù!

Un abrazo

e. r. dijo...

Quién es el corazón, el remitente o el destinatario?
Lindo.
Saludos

la MaLquEridA dijo...

El corazón que ya sea feliz o infeliz siempre sale lastimado... siempre.

Cuando no es así es porque está muerto.


Saludos.

jess dijo...

Ja... va a sonar requete currrrsi pero.... yo sí adoro a mi corazón!!!!

Y le diré querido hasta el último suspiro. :)

No sólo será mi amigo, sino mi confidente y muchas veces, mi luz en las tinieblas.

Un abrazote Marichuy!!

La abuela frescotona dijo...

EL CORAZÓN, ES NUESTRO FIEL COMPAÑERO, EL QUE RÍE Y LLORA CON NOSOTROS, EL QUE DECIDE NUESTRO DESCANSO, EL QUE NOS ACOMPAÑA EN LA AVENTURA FINAL.
HERMOSO ESCRITO, MAICHUY, UN ABRAZO AMIGA

Dan d'O dijo...

¡Increíble!

Parece que el corazón es capaz de remediar las bipolaridades del cerebro... Y creo que has dado la solución a algo que he venido pensando en los últimos días, o sea:la incongruencia inconsciente de la mayoría de la gente...

¡Un Abrazo!

Fernando García Pañeda dijo...

Sí, se le suele exigir demasiado a un órgano frágil y extremadamente resistente a la vez. Según se va endureciendo con el paso del tiempo inexorable, pierde sensibilidad y gana en cordura cordial.
Demasiado ocupado en bombear sangre, ¿cómo va a ocuparse de los vaivenes emocionales de nuestra vida?
Con que no se pare y nos mantenga vivos para amar, es más que suficiente para ese, sí, fiel e inseparable compañero.
Un abrazo.

Champy dijo...

Somos humanos, aunque algunos nos comportamos como perros y otros como marranos, al final brota lo más básico de nosotros.
Muchos maltratan la sesera, otros su organo reproductor, los sensibles el corazón....unos pocos le dan rienda suelta a todos al mismo tiempo o a la vez... pero la tragedia o la fortaleza conseguida es resulta de nuestra mas elemental humanidad... Yo no niego aunque muchas veces reniego.... mi corazóncito siempre está ejercitandose, y no tiene porque ser con un Hombre ni porque ser el mas apasionado y devastador de los amores no... yo amo a mi gatito, te quiero mucho a ti y a mi PJotita y eso lo mantiene activo...mi demás organos tu sabes como trabajan, si te cuento lo de mi reproductor esto se pone porno y este sitio es muy "nice y decente" para mi aventuras sexo-eróticas...pero todo es consecuencia de mi Humanidad, y esa si la delineo a mi antojo, aunque de repente se me deschaveta.
La cursileria no se me da, aunque como la disfruto:

Yo soy todo corazón, donde quiera que me hieras me matas...

2046 Acorazados besos..

Me choca este sitio por las letritas de abajo!!!

Ivanius dijo...

Buen retrato del órgano que, para funcionar, tiene a veces que encogerse y a veces crecer. Y tal vez por eso es exacta metáfora de la vida y de los sentimientos que, dicen, representa.

Abrazos vivos.

Ju dijo...

clap clap clap!

:)

virgi dijo...

¿Que seríamos sin ese ritmo fiel y paciente? Soporta nuestros vaivenes, lucha con el cerebro, con la piel, con el estómago...y siempre ahí, manteniendo el tipo, soportando nuestras incongruencias...

Besitos otra vez.

Anónimo dijo...

"Cuántos desasosiegos debí causarte; tantos, como disparates fui capaz de cometer.." en nombre de la pasion se cometen una serie de barbaridades y con esa bandera le da luz verde a todo.. eso lo sabe cualquier corazon querio o no.
comparto con potter, creo que mas de uno se quedara con trozos de tu carta porque deverdad llega aque lugar, ya sabemos cual.


besotes nena.

MauVenom dijo...

Tú disculpes mi comparación

el corazón es parecido a una planta de desierto... sí el mio

se ahoga fácilmente y algunas cosas resultan exceso pero de igual forma no puede vivir sin humedad en ciertos momentos

mi punto es que igual de necio es someterlo intensa y constantemente como el no dejar que los eventos de la vida lo toquen de vez en cuando

no he encontrado el punto medio pero me siento más real, protegido, al menos consciente de una necesidad y también de que no puedo abarcar más espacio del que la circunstancia me ha dado.

Tienes un corazón explorador.

Besos

Canalla dijo...

Desde que la imaginación le atribuyó tareas más fantásticas aún que la de bomba hemática, quizá sea ese órgano el que más escribe. Otros preferimos que lo hagan el hígado o el cerebro, pero siempre supeditados a metáforas sobre el origen y destino humanos de lo literario. Así la vista, el oído, el gusto, el olfato y el tacto toman un leve descanso frente al escenario más vulgar de lo cotidiano. Un beso.

marichuy dijo...

Potter

Jajá, ¿qué tienes en contra de esa foto, si es de lo más original?
Digo yo, como que ya con la cursilería del texto, era suficiente como para encima aderezarlo con una foto so romantic, ¿o no?

Gracias por tu comentario

Un besito, querido

marichuy dijo...

Ever

El corazón es principio y fin de esto; pero "técnicamente" sólo es el destinatario.

Saludos

marichuy dijo...

Malquerida

Fíjate que pese a no formar -ni remotamente- parte del "club de los optimistas", quisiera creer que no necesariamente tiene que ser así, que el corazón no siempre tiene que salir lastimado. Porque… qué despropósito es eso de amar, si siempre va a salirse lastimado (el corazón y uno). Pero tal vez tengas razón y no sea posible de otra forma.

Saludos y gracias por tu comentario

marichuy dijo...

Jess

Jajá, ni lo digas. Creo que en lo que a los asuntos del corazón se refiere -salvo que en lugar del músculo rojo se tenga una piedra o bien… uno sea alguien absolutamente frío y calculador-, la cursilería es inevitable. Pero ojalá no fuera así.

Un abrazo

marichuy dijo...

Querida Abuela

El pobre... la de vaivenes y malos ratos que aguanta… casi estoicamente.

Un abrazo y gracias por pasar acá

marichuy dijo...

Daniela

No lo vas a creer pero justamente en la bipolaridad estaba pensando. Y quisiera resistirme a esa idea, pues al tratarse de un mal que está "de moda", decir "es que soy bipolar", se ha convertido en la excusa perfecta para justificar toda clase de incongruencias, como atinadamente las llamas.

Un abrazo

marichuy dijo...

Fernando

Bueno, al menos queda ese consuelo: que con el paso del tiempo (y las callosidades que mencionabas en mi blog), nuestro corazón gane en sensatez y cordura cordial. Pero uno que nunca está conforme, desearía que ese paso inevitable ocurriera sin la pérdida de sensibilidad.

Un abrazo y gracias por tu comentario

marichuy dijo...

Çhampy

Pues sí... mientras unos ejercitan ad infinitum su parte meramente animalesca, hay otros que se empeñan en probar al máximo las capacidades emocionales y hasta físicas de su corazón... y aunque a veces esto también sea sólo meramente instintivo.

Jajá con eso de “yo quiero mucho a mi gatito”, me hiciste acordar de mí. Alguna vez alguien me observaba que yo no parecía estar muy enamorada de X; entonces yo muy digna le respondí “te equivocas, yo a fulanito lo quiero mucho”, y la amiga observante me contestó… “sí, casi tanto como a tu gato…”

Sobre las letritas… si te sirve (como dicen en las películas) a mi no me gusta más que a ti esa monserga de la palabra verificadora; sobre todo porque no pocas veces las tipografías con difíciles de leer y si uno además es disléxico, ni te cuento (peor aún cuando estás en una compu medio viejona como las de los Cibercafés… a veces ni siquiera se ven la dichosas letritas).

Besitos

marichuy dijo...

Ivanius

Y que después de tantos padeceros y melcochas, venga un científico a decirte que no se ama con el corazón… sino con el hígado¡! Digo yo, qué ganas de romperte las ilusiones (y quitarle razón de ser a tu cursilería).

Un abrazo

marichuy dijo...

Jules

Gracias por la visita... y los aplausos, por supuesto.

Abrazos

marichuy dijo...

Virgi

No faltará quien diga que entonces estaríamos mejor, más tranquilos, libres de padeceres y cursilerías... felices como robots...

Un beso y gracias querida Virgi

marichuy dijo...

Sonis

Si verdad? La pasión, además de lo ya conocido y obvio, nos sirve como justificación:

"hice tal o cual estupidez, cegado por la pasión".

Gracias por tus palabras, Sonis.

Besitos

marichuy dijo...

Mau

Pasa que el corazón, tras haber padecido uno que otro batacazo, se va volviendo un poco más duro y hasta insensible (como dice Fernando). Y tal vez sea sólo mero afán de protección. Y aunque falte quien vea en ello algo de egoísmo y miedo, lo cierto es que a veces... arriesgar el corazón equivale a ser un suicida y mejor se opta por salvarse (y nadie tiene porqué criticar esa opción).

Los exploradores, sea en la selva africana o en la vida común, por lo general son insensatos y no pocas veces muy temerarios.

Un beso

marichuy dijo...

Canalla

No sé cuando me juzgo más duramente: cuando dejo que ese musculo rojo tan sobado y poblado de clichés, sea el que hable por mí. O bien, cuando llevada por la rabia o el dolor (o ambos en peligrosa mezcla) ,dejo que mi estómago e hígado hablen bajo la conducción de mi cerebro. En el primer caso, el mayor peligro es el que has visto aquí: puedo ser terriblemente cursi (y sin remedio). En el segundo, sacar mi lado menos grato, ser estúpidamente agria y hasta un poquito -sólo un poquito porque ni siquiera se me da bien… qué más quisiera- cruel.

Un beso

Champy dijo...

Creo que te falto una tercera categoría, y es que habemos muchos otros que no queremos probar nada, verdad tu? Y al final??? Instinto.
Antes de dejar a mi loquera, recuerdo perfectamente una sesión en que me dijo, respecto a Bagoas:
Bueno, al menos ya es avance! El hecho de aceptar compartir mi vida nuevamente con alguien...lo que son las cosas hoy él es la más de las veces el que aprueba indirectamente quien entra a mi espacio, si salen con sus mamonerías de que no les gustan los gatos o que son alérgicos o cualquier mamada de esas, como Oliverio, instantaneamente ellos solitos están apretando mi botón mágico y ninguna pena me provocan. Simplemente no hay punto de comparación, como a veces dices y que sabes que me caga, hay niveles, y de gatos a gatos, nadie como Bagoas.

Si vengo aquí es por ti y solamente por ti, si no ni aunque me pagaran. Esa mamada de las letritas me parece antidemocrático y elementalmente contrario al más básico de los derechos.

El que la quiere mentar la va a mentar con y sin censura.

2046 Democráticos Besotes.

marichuy dijo...

Champy

Nomás hablaba de mí y más que categorizar, quería evidenciar los extremos en que puedo caer, de dejar "hablar" al corazón o de permitir que sean las otras vísceras quienes lo hagan.
De lo demás creo que yo, para bien y para mal, nunca he pretendido (al menos no de manera consciente) probar nada a nadie. Jajá, no modo aunque te cargue, en esta vida desafortunadamente en todo los ámbitos los hay (los niveles), incluido el de los mininos.

Auch, no creo que la verificación de la palabra se dirija a la censura (en esa categoría sí pareciera ubicarse la moderación de comentarios). Para serte honesta no entiendo cuál es su verdadero objetivo. A mí me molesta básicamente en razón de mi dislexia. Y si a ello sumas que yo soy “Madame Desesperé”, eso de estar atinando a las benditas letritas, si me parece una monserga, pero no al grado de enfurecerme.

Besitos

Anónimo dijo...

Perd'on por lo metiche.

Pero por pura intenci'on aclaratoria y para que no se enfaden y entiendan la razon de ser de las letritas.

Son una medida para evitar el spam y las intromisiones electr'onicas, ya que existen programillas que pueden saturar un servidor acces'andolo cont'nuamente, hasta hacerlo tronar por exceso de solicitudes al mismo. Antes se ped'ian claves normalmente, pero como esos programillas evolucionaron e implementaron la teconlog'ia OCR (reconocimiento 'optico de car'acteres), pod'ia tambien ya proporcionar la clave solicitada. Por eso se recurre a las letrillas distorsionadas, para asegurarese qeu el que ingresa es un humano.

Autem dijo...

Pobre corazón que resiste sin mandarnos al carajo, sin matarnos de taquicardia o infarto, estas dos cosas son distintas pero van de la mano sirviendo como armas de la entraña, en cuanto a la analogía subjetiva del organo de los sentimientos, parece ser que ama más de lo que irriga sangre.
buena epístola, encomiable lo tuyo.

marichuy dijo...

Anónimo

Te agradezco la aclaración; si alguna vez supe para qué servían las dichosas letritas, es claro que lo olvidé.

marichuy dijo...

Autem

Creo que el corazón, cuando decide mandarnos al carajo, lo hace a sabiendas de que ya no habrá retorno. Quizá por eso, es que aguanta más de lo que debiera...

Gracias por tu comentario