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27 octubre 2011

La verdadera historia de Hyroné





Por Anabel Villavicencio
(Pinche Vieja)


Hay historias en éste mundo que no ven la luz pública porque no tienen la medida justa de importancia, es decir, son demasiado o son muy poco. Pero hay otros mundos donde la historia no significa más que la distancia hasta donde los recuerdos son capaces de llegar. Pueden ser olvidadas y no por eso insignificantes, lo más probable es que sean tan fuertes que deben vivir selladas en la cima de la montaña.

Como lo que te voy a contar ahora.

No te distraigas con mis cabellos sin color, ni de mi ancestral vejez y mucho menos cuentes los pliegues de mis labios. No soy importante, mi relato lo es. No preguntes mi pueblo ni mi clan, porque de lo que te hablaré está arraigado al universo, es la base de éste, tu podrido y desperdiciado mundo.

Él era el esclavo supremo de ésta tierra sin poblar. Vivía soñando guerreros, buscando al Maestro del Valle del Olvido en sus ratos de ocio, cuidando éste pacífico paraíso que su Amo le obsequió para que olvidara lo que por su voluntad tenía que hacer en el campo de batalla.
¿Campo? Estaba provisto de varios fantasmas, propios y extraños… su Amo se divertía de ver la majestuosidad de sus alas desplegadas contra la inmensa nada, se hipnotizaba con las escamas de un azul esmeralda sufriendo por obtener una victoria que no se recordaría, porque no pensaba dejar nada escrito ni crearle espectadores. 

Pero no contaba con el peor fantasma que azota las almas independientemente de las veces que hayan sido recicladas: la soledad.
Los corazones, ya sean de dragones o de gorriones necesitan esperanza… él la encontró una noche invernal: a lo lejos la vio entrar al Bosque del Destino, caminar descalza sin rumbo fijo, con una extraña combinación de extrañeza y seguridad. Se aprendió sus pasos y un buen día salió a relucir a media batalla. Y empezó una diferente, donde no sabía si era fantasma, animal, ilusión o fantasía pero para él fue real, tan real que la esperaba para cuidar su camino nocturno.

No sabía que para ella no existía. Que se dirigía a rezarle a Phátum porque un árbol con un color por cada dirección de la rosa de los vientos ejercía en ella un poder tan magnético que la sacaba del sueño. Desconocía que en sus frutos encontraba sus amores perdidos, sus ilusiones inconclusas y un temor aterrador. Él olvidó sus luchas, se concentró cada día más en tenerla para él pero ella no tenía alas, no tenía escamas y el único fuego lo llevaba por dentro.

Sé que mis palabras están llegando más allá de cuando él soñó que la tenía, que podía amarla como amaba sus paseos, sus oraciones y hasta el llanto de su corazón atormentado. Encontró la solución: le ofreció una última batalla a su Amo, la que él eligiera con tal de dejarlo convertirse en humano.

Y con toda su crueldad el Amo le entregó la batalla: hazla pedazos. De la peor manera, será lo último, será sublime: enamórala, róbale el alma, el cuerpo, hazla sentirse en el paraíso y en lo más alto de tu vuelo pártela. Que no quiera nada, que te entregue sus lágrimas de dolor y sólo con ellas podrás ser de carne y hueso. Que en la culminación de sus ilusiones muertas renazcas como el fénix que habrás de ser.
Fue cuando Behemoth y Leviathan abandonaron el Dandain. 

Nosotros y nuestras tribus hermanas tenemos el privilegio de proceder de aquel dragón azul esmeralda que se enamoró del alma del universo.

3 comentarios:

QUANTUM dijo...

El azul de la noche. Azul obscuro.
      Es sencillo, pero elegante.

MauVenom dijo...

Me hiciste recordar un cuento de Ray Bradbury que es de las cosas que más me han llegado en la vida.

Tengo una gran empatía por los monstruos solitarios pero a diferencia de este dragón hermoso yo no me convertiría en humano, no otra vez.

Pertenezco a uno de esos mundos en donde la distancia se mide hasta donde los recuerdos son capaces de llegar... igual y allá nos vemos algún día.

Gracias por volver y nos vemos pronto aquí mismo... si te dejas.

Besos

LUMPENPOETA dijo...

Bello cuento, primera vez que leo a usted, diría que preciosas letras poder que tiene en su escritura. Un tema fantástico y unas imagenes poéticas hermosas. Un saludo descubriendo sus palabras.