por Ivanius
"¿Madura la tristeza?" Esa fue la pregunta, allá junto a los libros, como a veces se fraguan las ideas.
Urge saberlo, tras de que tantos y tantos textos consagran la decrepitud, el odio y el desprecio, los exabruptos jamás contenidos, los debates que no buscan aprender sino abatir, como si hablar sólo pudiera hacerse por oposición y el otro no fuera partícipe de la misma conversación, de la misma ansia, de la misma búsqueda, sino un objetivo para jugar tiro al blanco.
Sufrir como inseparable gemelo para la dignidad. ¿Es posible, cuando lo indigno es descubrir —con dolor— que la dignidad parece moneda de cambio, devaluada en la marea de la oferta y la demanda? "No te preocupes: si sabes escribir de lo que sufres, y lo haces bien, tal vez hasta logres un best-seller."
¡Qué imagen! Revestirse de tristeza para sobrellevarla, caer por impulso propio al suelo: no buscando aprender de la caída, sino atormentarse. Sanar por sobredosis.
Todo el bullicio mental se convierte en arruga que el café —amargo y sin cortar— disimula. Luego el hombre al final de la barra deja junto a la servilleta, húmeda de tinta, el importe exacto del cruasán con exprés, y desaparece con el sol como su sombra.
"P. M.", relato de Ivanius. Texto: © Chanchopensante.com Imagen: Fallen leaves, tomada de Wikimedia Commons.
9 comentarios:
La madurez de la tristeza llega cuando aprende uno a escribir sobre ella y no saca lagrimas sino sonrísas satisfechas.
Saludos IvaniUS
No sé si la madurez existe, pero la tristeza seguro que sí.
Es así, con el tiempo uno aprende a regalarle la mejor de sus sonrisas a la tristeza, mientras tanto vayamos practicando.
madurar la tristeza... creo que pensé en benedetti y un verso contrapuesto sobre la alegrìa.
Ni siquiera puedo pensarlo. Es irracional, pero sé que hay algo de razón. Hay cosas que simplemente se saben. Se sienten.
creo que ya madurè
Malquerida: Esa es otra buena imagen: transformar --y disipar-- la tristeza a golpe de letras y sonrisas. Saludos.
jordim: Habrá entonces que mirar con más detenimiento, quizás una se esconde tras la otra.
Karol Arcique: Y entonces la tristeza se desarma. Practiquemos.
Jo:
(...) a veces uno es
manantial entre rocas,
y otras veces un árbol
con las últimas hojas,
pero hoy me siento apenas
como laguna insomne,
con un embarcadero
ya sin embarcaciones,
una laguna verde
inmóvil y paciente
conforme con sus algas
sus musgos y sus peces,
sereno en mi confianza (...).
Mario Benedetti "Estados de ánimo" (fragmento)
Me ha gustado mucho el relato, Un beso.
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