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13 agosto 2009

Cada cual su vida

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Por Mara

Nunca me van a perdonar que te haya perdonado. Y es que se suponía que tú y yo debíamos amarnos. Al menos, ese parece ser el reclamo de todos aquellos que nos acompañaron en la ridícula firma de contrato. Siempre me he sentido culpable de hasta dónde llevó la farsa mi baja autoestima. Es decir, tu talento inexorable, tu candidez bien ensayada, y la novedad de tu pasado, me llevaron a crear dentro de tu endeble esqueleto, un titán de proporciones épicas. Mira ahora que vulnerable luces. .. Voy a tomar un café y regreso; no me gusta cómo me está mirando ese talentoso bailarín que se encuentra sentado en el sillón rojo.

El café aquí es horrible, aunque no creo que te importe mucho. Te decía, yo te agrandé, y me perdí en un objetivo tan claro como impalpable: Aprender de ti. Soñé con recibir los elogios que tú recibías, con admirar a todo el mundo y sobre todo, con el cariño que te era regalado a tu paso. Yo caminé junto a tí, aguantando murmullos e insinuaciones. ¿Recuerdas aquellos anónimos que me advertían que me alejara de ti? Yo sí los recuerdo, porque de lo malo es muy fácil acordarse. Al menos a mi me es fácil. Si ya sé, había quienes pensaban que tú eras demasiado bueno para mí, pero mira ahora, vamos, echa un vistazo a tu alrededor y mira que buena soy por estar aquí contigo. Menos el bailarín odioso, todos me miran casi con compasión, aunque sé que por detrás me creen imbécil por haberte perdonado y no entienden qué carajo hago aquí. ¿Ya viste a tu amigo el escritor famoso? Pues entérate: Se me insinuó varias veces mientras fui tu esposa… y ya mejor que lo sepas de una vez, me acosté con él varias veces… no llores ni hagas drama que no te va… voy a fumar un cigarro, que me pongo nerviosa de decirte estas cosas. Si ves que demoro es que el escritor salió a acosarme, pero te ofrezco que hoy, no me lo tiro, vengo en seguida.

Justo como te lo dije, ahí fue el muy perro de tu amigo, el escritor talentoso, a cuestionarme qué hago aquí. ¿Sabes qué me preguntó? Si de verdad tú y yo éramos amigos, si era verdad que nos reconciliamos y podíamos conversar. Yo no le contesté. Le eché el humo en la cara, como hacía yo cuando estábamos en la cama, y regresé. Ya me estoy arrepintiendo de haber venido… No, arrepentida tendría que haber estado aquel día que toqué a tu puerta y te dije “Yo no sé si puedo ser tu amiga, pero si sé que no puedo ser tu enemiga”, y tú lloraste como un niño, y me hablaste de lo maravillosa persona que yo era por estar ahí, y de cómo era mejor que tú por haber dado ese paso; y mientras me halagabas y yo me sentía exageradamente satisfecha, algo en mí me decía que lo que me motivó a buscarte fue más el morbo que la exaltación humana que me colgabas sin muchas razones. Yo ya sabía la confesión que tenías que hacerme, tú sabías que yo sabía, pero los dos sabíamos que para que todo quedara claro, lo tenía que oír de tu boca. Y mi morbo tuvo recompensa. Lo dijiste entre lágrimas, y yo me sentí triunfadora. Después de todo, le había cobrado a la vida todo lo que me faltó contigo. Así que no me arrepiento de ese día tampoco. Ya no voy a fumar, pero es que siento que todos me miran, voy a prender el cigarro afuera, aunque lo apague rápido, y regreso… te iba a decir que no te fueras, pero es imposible. No tardo.

Hace calor afuera, pero huele a nardos, hay muchas flores. Me he recordado de la primera vez que te fui infiel. No me sentí culpable. Llevábamos ya varias semanas viviendo como hermanitos, y a la primera oportunidad que tuve, me tiré al escritor. Ese se volvió habitual. Pero hubo otros, y como ese día que toqué, magnánima, a tu puerta, el único que se confesó fuiste tú, me siento en deuda. El pintor, claro. Ese del que me dijiste que estabas tan celoso. Fue una locura de poco tiempo, pero muy satisfactoria. Eso te lo agradezco, me ayudaste a descubrir que la clandestinidad del cuerno, tiene su encanto inexorable e irrepetible. Creo que esos son todos. Fueron y vinieron, los rotaba por temporadas para no perder la emoción. Hasta que llegó el último. Por el que te dejé. Mi pretexto final… nuestro pretexto final. Con ese sí me sentí culpable desde el primer día; sabía que te iba a desamparar por completo… pero me fui. ¿Recuerdas? Todos me odiaban, te dejé a ti, que eras tan bueno y me querías tanto… voy al baño, a echarme agua en la cara, tengo mucho calor…

Todo el camino de regreso del baño para acá, he sentido cómo me observan. Les doy un poco de asco. Creo que por estar aquí un tanto compungida. He visto al pintor en el piso de abajo, pero tampoco me lo voy a tirar, no te pongas histérico. Ha venido a verte a ti, no a mí. De hecho, creo que han venido un poco a vernos a los dos y el final del culebrón que llevamos años protagonizando. Es decir: después de que te dejé y fui tan mala, hiciste el favor de darles el giro dramático que esperaban cuando saliste del closet y me convertiste en la victima de tus "aberraciones": “Pobre, y ella que no sabía”. Yo siempre sospeché. Y sólo tú y yo sabemos las veces que usamos, o no, el colchón de la casa que compartimos. Cuando te perdoné, pasé de víctima a inmoral, por perdonar a quien me había “deshonrado”. “¿Cómo puede tratar con él, después de lo que le hizo? No tiene moral”.

No voy a llorar.

¿Por qué se te ocurre morirte después de hablar conmigo? ¿Qué hago yo parada frente al cadáver amortajado de mi ex marido? Es curioso cómo, mientras permanezco cerca del féretro, ni siquiera tus ex novios y amantes se atreven a acercarse. ¿Será que nos respetan? No. Más bien, cómo te dije al principio, no me van a perdonar nunca que te haya perdonado. Y sí, te perdoné. No sé por qué, no sé cómo, pero el rencor se diluyó muy fácil. Será porque siempre tengo presente aquella frase que repetíamos constantemente tu y yo cuando hablábamos de los demás: “Que cada cual, haga de su culo un papalote”, y reíamos a carcajadas. Mira, ahora me río sola y todos me miran. Es la hora de irme. Gracias por la experiencia. Y si… te quise alguna vez, pero nadie quiere saberlo, están tratando de averiguar, entre tú y yo, cuál de los dos es peor persona. Descansa en paz.



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23 comentarios:

Jo dijo...

y cada cual, uno sabe ... si el perdón es una vereda donde se puede descansar en paz
en esta vida o en la otra, aunque obvio algunos se complican la vida porque a veces las penas por muy pesadas pretenden siempre estarlas exhibiendo tal cual como si fuera un papalote y a lo sumo estar jalando a alguien más arrastrándolas
para "sentirse acompañado"

Amé la fotografía

Anouna dijo...

Excelente!!! me he pasado un muy buen rato leyendo esta historia. Me mantuvo muy alerta, entretenida, como viéndola a ella en todo su discurso, sus salidas, etc. Muy bueno, el final, todo en verdad.

Saludos,

Anouna

Otro lector más que no tiene blog dijo...

Existen palabras que en lugar de ayudar en un texto lo muestran burdo.
INEXORABLE, las dos ocasiones que la vi en la narración me pico los ojos. Podría ser sustituida por otra.
“Yo caminé junto a ti”.
No hay necesidad del YO, se sobre-entiende de quién se habla con colocar el verbo:
-Caminé junto a ti.
Observo repetición de palabras, cacofonías, oraciones mal estructuradas. Por momentos la palabraría distrae. Muchos párrafos sin ritmo adecuado.
Usted se limitó a narrar una voz interna y deja como factor “sorpresa” la muerte (logré adivinar por los nardos y más detalles) eso limitó las imágenes (en caso de que conozca cómo hacerlas) por lo consiguiente no pude “ver” el ambiente ni mucho menos al muerto.
Usted podría sacarle jugo a este relato con otro tipo de giro o distractor. Deje a un lado los trillados, sea original.

Canalla dijo...

De haberlos conocido, dudo que me preguntara quién de los dos era peor persona, sino quién estaba más sólo. El perdón era casi inevitable en una relación así, y las mujeres lo saben mejor. Un fuerte abrazo.

la MaLquEridA dijo...

Que cada quien cargue con sus culpas, que la muerte se encargará de pasar factura.

Saludos.

jess dijo...

Me ha encantado el post.

El encanto de un relato, tiene dos factores importantes: La intensidad de las palabras de quien escribe, y la intensidad de los sentimientos y/o vivencias de quien lee.

Por motivos personales, no pude dejar de llorar unos instantes.

Por otra parte, están llegando los tiempos en que el contrato del matrimonio doble un poco su definición.

Saludos!

marichuy dijo...

Mara

Nada como un matrimonio basado en la muta confianza, el compañerismo y una pizca de cinismo; debe ser mucho más llevadero y sólo con esas bases uno es capaz de “perdonar” lo imperdonable. Casi estaría segura que ella siempre lo supo, pues él debió tener medio entreabierta la puerta de su clóset. Por eso, salvo esa excepción que menciona, ella nunca sintió ni asomo de culpa por pintarle el cuerno con singular alegría.

Cómo no iba a “perdonarlo” y asistir a su funeral, si se tiró a la mitad de sus amigos? Agradecida debería estar. La única duda que me queda es si no habrán compartido a más de uno de los amantes?

Quién es peor? Ups, difícil juicio… aunque en un descuido, ella.

Besos

Paloma Zubieta López dijo...

Mara querida: por razones que sabes bien me ha dejado descolocada el texto... eso sí, hay que dejar en paz a los muertos para poder vivir. Te mando muchos besos.

mariposasalvuelo dijo...

Mara: un relato y aunque no lo parezca(a mi sí me lo parece)conmovedor. Y como decían ellos: que cada cual haga con su culo lo que quiera y yo agregaría y también con sus PERDONES.
Un abrazo bien grande Mara.

Pelusa dijo...

Me gusto... Me recordo otra historia que bien podria ser esta, cercana, y quizas por eso sospeche el final desde el principio.. Disfrute leyendote, amiga, como siempre.
Un beso!!!

Anónimo dijo...

Nada es tan facil como parece, ni siquiera morir. A veces cuando uno se aparta de todo, con la suave sensacion de que al final de ese viaje, te espera por fin la tranquilidad de quien vive en continua duda, cuando te das cuenta de que todo es una gran farsa y que espera un largo viaje en donde empezar de cero no aparta los demonios que te acechan.
Todo es inutil cuando se trata de juzgarse a si mismo, nadie se puede escapara de ello .. Con un breve beso y el roce de la nariz en sus frias mejillas, un adios?.. no lo creo. Solo se les acabo la pasion una aventura, ahora ya se puede hacer de si, sin culpa, ya se puede marchar, ya puede volver a amar, ya puede volver a mentir.

NTQVCA dijo...

Mana, como siempre yo te sigo.
Me gusta de tu manera de escribir, lo sencillo y lo fluido, lo digerible y los sopresivo, te aplaudo porque en cada texto más ed uno nos sentimos identificados. Hoy otra vez me toca a mi.
¡Bravo!

MauVenom dijo...

Creo que peor persona soy yo por sonreír tanto cuando en realidad estoy leyendo un drama

sabes que la parte que me atrapa de tus textos es como los tuerces, lo borrascoso de tus personajes

será que por eso me parecen reales

no creo que pueda elegir entre él y ella, en todo caso son buenos participantes en una historia común en la cual al final no hubo ventaja

el problema es que la cosa no se queda en “Que cada cual, haga de su culo un papalote”... invertimos sentimientos y esperanzas... el cinismo es sin embargo un buen salvavidas en esos casos

me recordaste un poco, no lo puedo evitar, una historia que me contaste... los humanos somos tan interesantes como dañinos a veces.

Aunque sí me di cuenta que se trataba de un velorio me gustó como lo manejas en su entrar y salir para continuar la conversación.

Besotes.

Anónimo dijo...

no puedo ser tu amiga pero tampoco tu enemiga... se les dira eso a los exmaridos para que uno se convierta en la heroina del momento?
o será que fue un estado de comodidad el de ella, puesto que tenia cola que le pisaran...
La clandestinidad del cuerno, tiene su encanto, inexorable e irrepetible y más si es venganza...
muy buen relato
un abrazo Mara
=D

Ivanius dijo...

Poderoso, no por el giro final, que se atisba de pronto, sino por los personajes, que más que a tomar partido invitan al lector a hacer introspección, en búsqueda de rasgos para explicar esa historia apenas barruntada. Lo que me gusta es qué poco hace falta para imaginar incluso diálogos. Virtud, sin duda, de la narración.

¿Qué más decir? Gracias. Un placer leerte. Besos.

Anónimo dijo...

A diferencia del otro lector que no tiene blog, siento que el ritmo, la cacofonía de palabras e incluso la palabra "inexorable" y la burda apariencia del texto, confirman desde el inicio lo que a lo largo de la narración se deja ver: está hablando con un difunto, no se explica de otro modo el icurrir en ridiculeces y exponer de frente las cosas. La mayoría de los vivos son más condescendientes y cuidadosos para hablar con sus congéneres. Más allá del cinismo de cualquier relación, la ausencia de diplomacia y tacto, lo áspero del ritmo entrecortado me ubican en el contexto de esta narración, que me recuerda a algunas personas de mi parentela
Saludos y muy buenas letras para ti!

Mara Jiménez dijo...

Jolie: interesante tesis... ¿perdonaremos para no quedarnos solos? La foto me pareció... sutil... jejeje, besos.

Anouna: Que bueno que te gustó, y que lo viste. Gracias!

Canallita: No sé... de verdad crees que las mujeres perdonamos más fácil que los hombres? O sólo deicmos que perdonamos pero no olvidamos? Si, los dos personajes estaban más solos que la una. Besos.

Malque: O como dicen: "Sólo las ollas saben los hervores de su caldo", jeje.

jess: ¿Te sirvio de algo llorar? ¿O de plano te fastidié el día? Espero que el reflejo y el reconocimiento, te haya aliviado un poquito. Te mando besos.

Marichuy: No me había puesto a pensra en el cinísmo, pero e sverdad... Ella? mmm, no sé. Serán tan malos? Siempre me aluzas! Gracias! beso.

Comadre: El muerto al pozo y el vivo al gozo! jeje (Dios! que frívola soy!) Un beso.

Mariposa: gracias por darle esa cualidad y el beneficio de la duda este par de ... dos!

Pelusita! Pues ahora quiero leer esa historia! Jejejejeje. Un beso amiga.

Sonia: Fácil era para los demás emitir juicios!!! Lo qye eelos hagan después... papalote, papalote! Un beso, Sonita!

NTQVCA: Mana, me gusta que me leas así, con esa visión simple, por eso es que te llegan las moralejas. Un besote y gracias.

Mi Mau: Tienes una visión muy humana del mundo... por eso te quiero, jejejeje. Claro que el velorio está cacareado desde el primer párrafo, porque creo que es la muerte la única capaz de exorcisar los secretos inconfesables, ¿estás de acuerdo? Un beso my commander in chief.

Ana: ¿Será? Ojalá les pudieramos preguntar, y ojalá nos contestaran la verdad! Gracias.

Ivanius: Es que las historias mas complicadas, son la vida cotidiana de muchos. Lo unico que las convierte en leyenda o arquetipo, son los ojos del juicio. Yo no merezco tanto halago de parte suya. Reverencia agradecida y ahora si, mil besos.

ROB dijo...

Me atrapo el relato, el ir venir de ella, se la imagina uno; lejos de tomar partido por alguno de los personajes, no queda mas que entender su situación; hicieron lo que tuvieron para solventar las carencias de la relación q mantenían.

LUMPENPO dijo...

Este monólogo interior, a ojo de buen cubero, parece bien escrito, muy aparte le encuentro aciertos: su cascada de diatribas exculpatorias y el final que parece doble, descubrir la homosexualidad del difunto y saber que se está frente a un muerto. Todo resulta redondito para desarrollar la trama. Me gustó.

JP dijo...

-- Marita, lo mas chistoso de una relacion en donde no te dices nada es que siempre todo esta dicho, sus limites estan marcados desde el princio y solo es cuestion de tiempo para que se vaya al carajo, lo demas es un lento digerir y cagar esos amores vacuos, gracias por hacerme recordar!

Mara Jiménez dijo...

Gerapo Trezo: Si, es que lo humano está en verdad muuuy lejos de lo divino, y es más normal de lo que cualquiera imagina. Gracias por dejarte atrapar!

JotaPe: Recuerda, pero siempre almacena lo bueno, que aún en la peor relación, siempre existen cosas que recordar. Un beso Jota Pe.

LicCARPILAGO dijo...

Ahhh la hermosa capacidad del perdón!! bella forma que has tenido para mostrarnos la inexorable forma de recordar sin rencor.

Entiendo los ires y venires de ella como un propósito tuyo de aproximarnos sumisamente hacia él en un intento de comprensión pasiva de nuestra parte hacia el silencio de la muerte.

Gustavo Puntila dijo...

Estupendo!

En sí, es muy fuerta la historia del monólogo, es el resumen de dos vidas frente a un féretro... Ah cómo acaban las cosas, cómo acaban nuestras historias...

Me pareció de un toque delicioso la personificación del cigarrillo y su humo... Cortas y le das un giro tan especial cuando lo involucras, que es realmente increíble.

Me encanto, me encantaron tus palabras! felicitaciones!