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03 agosto 2009

Casi evanescente

por Canalla
Acostumbrado a todas las variantes más o menos sutiles de su constante y usualmente discreta compañía, con una suerte de resignación al parecer familiarizada con las formas más comunes en que los sentimientos suelen aflorar y terminan por ser contradictorios ante la presencia de lo inevitable, él no hubiera podido, ni dotado con toda la fuerza de una improbable sensibilidad excepcional, percatarse a tiempo todavía de cómo ella se agigantó de golpe, hasta envolverlo por completo en los últimos años de una manera rotunda e irreversible.

La reconoció por primera vez de niño y con el sol a sus espaldas, y durante los meses posteriores se divirtió al comprobar, mientras caminaba o corría, al permanecer de pie o sentarse, extender una mano o ambos brazos, que de cualquiera de esos modos terminaba por confirmar siempre, y sincronizada con sus movimientos, la materialidad de su ser, como la mejor e irrebatible evidencia de eso que, ya grande, pudo calificar sin temor a equivocarse como su existencia, singular y reacia a ser equiparable.
De esa forma, su sola presencia le ayudaba a constatar, con mayor éxito que la más profunda meditación filosófica sobre la naturaleza de su mundo y la realidad circundante, la importancia relativa de estar vivo y consciente de ello.
Casi evanescente al mediodía de su existencia, no dejaba sin embargo un solo día sin que le pudiera pasar inadvertida su fidelidad absoluta hasta que, ya en plena madurez, él creyó entenderla por completo, como se llega a comprender a veces la sensación del aire en el rostro, la calidez del fuego en las manos, frente a su proximidad, o la apariencia firme y maciza de la tierra.
Fue entonces que la olvidó, un poco antes o después de eso, como un producto un poco involuntario también de su propio ritmo de vida, vertiginoso, seguramente de manera lamentable y quizá sin tiempo, siquiera, para algún tardío pero sincero gesto de arrepentimiento. Cuando ahora pensaba esto se sentía un traidor.
Luego se le manifestó de manera sorpresiva, como todo lo definitivo que conoció hasta entonces, cubriendo con su sola visibilidad inmediata extensiones que, aunque mentales, fueron infinitamente superiores a la suma de todos sus sueños y anhelos, a la superficie global que pudieran llegar a abarcar en un plano material sus derrotas y realizaciones juntas, como para recordarle así su inminente inexistencia, la carencia de trascendencia alguna en cualquiera de sus actos o la aglomeración de todos ellos.
Ya con los últimos rayos del sol demasiado lejanos, perdidos muy por detrás de las montañas más distantes, sonrió por algunos instantes al darse cuenta de pronto que había sido su única compañera verdadera e incondicional y que, a diferencia de otros, de quienes con cierta imprecisión no exenta de justicia pudiera decirse que vivieron a la sombra de alguien, o de algo, de él podría llegar a razonarse, si cualquiera de quienes lo conocieron se tomaba algún día el tiempo suficiente de hacerlo, que ahora moría inmerso en su propia sombra.

44 comentarios:

Unknown dijo...

Aunque a veces es complicado diferenciar entre una sombra y una presencia no diluida.

Jo dijo...

Quizá nada permanece tan solo son sombras...

OPIÜM dijo...

QUE BIEN ESCRIBES POR FAVOR!

Anónimo dijo...

"quien ha integrado su propia sombra emana calma y se muestra más apenado que airado... decían los antiguos que la sombra no solo contiene información sino que también encierra inteligencia y energía y si eso es cierto quien ha integrado su propia sombra dispone de más energía e inteligencia que quien no lo ha hecho" (Robert Bly)

un abrazo

LUMPENPOETA dijo...

Me gusta tu tono introspectivo. está bien escrito y te lleva finito a terminar hasta el final.

Alejandro Aparicio Morales dijo...

me gusto por que senti que describias la vida dentro de un dìa que se tornaba una boca de sombras
siendo sincero en algunas partes me perdi por completo pero lo reelerè
en general me encanto la forma en que term¡minas el relato y tu toque especial que es muy agradable.

JP dijo...

-- maestro Canalla, y pensar que pisamos nuestras sombras cuando en realidad solo reflejan lo gris de nuestra existencia, saludos!

marichuy dijo...

Canalla

Todos somos seres diluidos en nuestra propia sombra. Se agiganta a medida que empequeñecemos; la vemos gigante porque es el reflejo de nuestras frustraciones o deseos insatisfechos.

Un beso

Gaby Caminos dijo...

Con tu permiso, me gustaría decirte algo, no tanto de poeta a poeta como de canalla a canalla: me gustó desmesuradamente tu texto y me hizo recordar un tiempo en que pensaba que era parte de la conformación del universo, que existía, cuerpo anclado en la cima de dos mares, pájaro sin prejuicios ni fronteras visibles, que nuestros átomos no se reconocían desunidos...en fin...me dejé llevar...me inspiraste... GRACIAS. Un beso de mi sombra.

Pelusa dijo...

No nos queda mas remedio que morir inmersos en ella -si tenemos suficiente suerte- porque la sombra es nuestro no-hacer... o no?
Afortunado personaje el tuyo!
Besos!

Ivanius dijo...

Me gustó el fervor del personaje, que tras olvidar a la sombra se recupera sin resignarse a perderla ni a dejarse engullir; en cambio, la abraza como refugio y cómplice.

Quizás el protagonista entendió al fin que frágil, ligera y variable, la sombra podía ser el reflejo no siempre comprendido de la propia alma.

Del personaje, del narrador, o del lector... ya no lo sé. Por eso me la llevo, a ver qué le dice a mi sombra.

Un abrazo, Canalla.

Anónimo dijo...

de cualquier manera, vivir detras de una sombra... no es cosa facil.

jess dijo...

La analogía de toda una vida, reduciendo tiempos a un solo día.... es una tarea realmente difícil.

El tamaño de las sombras depende de la ubicación del astro rey.

.... Pero siempre quedará el Sol de Medianoche.

Saludos!

jess dijo...

Por cierto, olvidé decir lo más importante... :P

Tu analogía... es simplemente genial.

Saludos!

Canalla dijo...

GA: Sí. Y la presencia de la sombra puede ser más poderosa que el propio personaje. Saludos.

Canalla dijo...

Jolie: Y si es así, como dice la canción: "sombras nada más, entre tu vida y mi vida...". Besos.

Canalla dijo...

OPIÜM: Bienvenido. Es de las veces que uno agradece que la gente sea generosamente exagerada. Gracias.

Canalla dijo...

Ana: Bienvenida. Hombre: sabio este Bly que haces favor de compartirnos. Gracias por tu presencia. Abrazo.

Canalla dijo...

LUMPENPO: Bienvenido. Muchas gracias por tu amable apreciación. Nos leeremos. Saludos.

Canalla dijo...

alejandro aparicio morales: Qué bueno que te haya agradado aunque, efectivamente, siento que puede ser pulido. Saludos a la eterna Oaxaca.

Canalla dijo...

jota pe: O lo largo de nuestro andar, según se lea. Un fuerte abrazo.

Canalla dijo...

marichuy: Todos los somos, de una u otra forma, hasta que nos cubra por completo y se acabe el día. Besos.

Canalla dijo...

SÍSIFA: Bienvenida: Ahora que lo dices, nuestra sombra adolece justamente de materialidad, como una no partícula, una no molécula de nosotros mismos. Saludos.

Canalla dijo...

Pelusa: Me encanta cómo un discurso lleva a otro totalmente insospechado en tu lectura. Beso admirado.

Canalla dijo...

Ivanius: Una convención de sombras suena interesante. Me acabas de dar una idea... Un abrazo.

Canalla dijo...

Sonia: Pero vivir delante de ella se antoja a veces imposible. Besos.

Canalla dijo...

jess: Leerte me tranquiliza, porque sé que logré el propósito del relato en la analogía entre toda una vida y el transcurso de un día. ¿Sol de medianoche? Habrá qué buscarlo pronto, ¿no crees? Beso agradecido.

Anónimo dijo...

Muy poético este relato, que trae a mi mente un malogrado intento por narrar una historia parecida.
Celebro tino, modo, imagen y calidad del discurso amén de la agilidad narrativa.

Para mi particular punto de vista, como dice Stairway to heaven de Led Zeppelin: "And as we wind on down the road/
Our shadows taller than our soul"

Algo relativo me parece que comenté en el cuento del hombre que se reducía de tamaño conforme avanzaba en su texto. ¿Recuerdas?

Nuestra alma se vacía en la sombra, hasta que no queda de nosotros más que ella y nos envuelve antes del último aliento, pienso yo.

Felicidades!

Anónimo dijo...

P.S. El malogrado intento al que alude mi comentario, es por supuesto, unn intento mío :)

Johan Bush Walls dijo...

El relato camina, pero hay momentos en los que se enreda en sus propias palabras, se vuelve denso; pienso que el autor se emociona con lo que está diciendo y luego queda algún texto de más.

Es un buen texto, merece la pena una segunda o tercera o cuarta lectura.

Salú pue.

Canalla dijo...

Doctor Gurma: Claro que lo recuerdo. Una buena narración de Mara Jiménez, como buene es tu descripción del alma. Saludos.

Canalla dijo...

Johan Bush Walls: Bienvenido. Déjame y te comento (aunque entiendo que radicas en Guatemala) que una de las épocas más felices de mi vida la pasé en Livingstone hace 20 años. Por otra parte agradezco bastante tu apreciación: es del tipo de las que sirven para crecer. Saludos.

ANYELYT dijo...

Al final siempre nos persiguen las sombras.
SALUDOS niño.

Otro lector màs que no tiene blog dijo...

Retrato intimista o postal intimista es lo que leo.
Escrita en prosa poètica y erudita.
La erudiciòn en ocasiones es un ornamento inecesario que hace perder el ritmo del texto.
Mire, a esto me refiero:

"De esa forma, su sola presencia le ayudaba a constatar, con mayor éxito que la más profunda
meditación filosófica sobre la naturaleza de su mundo y la realidad circundante,
la importancia relativa de estar vivo y consciente de ello"
Por momentos lo siento ¿uniformado? Tal vez la erudiciòn le resta frescura.

EMN dijo...

Excelente manera de escribir...

muy bueno enserio !!

pasate por mi blog, soy nuevo en esto, espero que te guste y tener una opinion de tu parte.

http://reflejosdemisoledad.blogspot.com/

Mucha vida !!

CANTO EN FLOR dijo...

Y pensar que hay gente que ni en su propia sombra repara...

Gracias por la reflexión, saludos!

Canalla dijo...

ANYELIT: Bienvenida. O terminamos por perseguirlas... ¡Gracias por lo de niño! :) Saludos.

Canalla dijo...

Otro lector más que no tiene blog: Bienvenido. Siento que tiene usted razón. A diferencia de textos que premeditadamente concibo como relato, de repente perpetro otros en un tono intimista, que luego se quieren salir por la tangente como prosa narrativa, y ahí están los resultados -más que eruditos yo diría que pretenciosos-. Debo prestar mayor atención al ritmo, y a las necesidades del relato. Saludos.

Canalla dijo...

EMN: Qué amable, en verdad. Bueno que te agrade. Nos leeremos pronto. Saludos.

Canalla dijo...

CANTO EN FLOR (Qué buen nick): Bienvenido. Y por la propia dinámica de ese olvido, hasta su sombra se desentiende de ellos. Saludos.

Mara Jiménez dijo...

Y de pronto también me haces pensar que la presencia de la sombra es un recordatorio perpetuo de nuestra materialidad finita. ¿Será que tenemos sombra para alertarnos sobre el final de la luz? ¿Será que la sombra es la imagen de nuestra propia muerte? ¡Cómo me pones la cabeza, Canallita!
Beso.

MauVenom dijo...

Canallo

Pues esto de acuerdo en el hecho de que aquí pudiéramos encontrar un exceso de erudición si es que existe tal cosa

pero respetando la válida opinión y gusto de los demás a mí eso es algo que me fascina en un texto siempre cuando está armado como tú lo haces

un verdadero rompecabezas de pensamiento que en verdad resulta placentero ir armando conforme uno lee

eso es algo que te descubrí desde el principio y por lo cual te empecé a leer.

Abrazo.

Es decir, me encantó, éste mucho más que el anterior.

Canalla dijo...

Mara: En todo caso ya lo dijiste. La sombra es ese recordatorio perenne y terrenal. Un abrazo.

Canalla dijo...

MauVenom: Creo que todo esto tiene algo qué ver, con el hecho de que fue escrito más como lo pensé que como lo hubiera escrito, pero qué bueno que así te haya gustado. Saludos.