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10 agosto 2009

Decir verdad

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Aunque muchos invitaban a mamá a salir, su vida conmigo la aislaba de todo lo demás. Cuando llegaba acompañada a casa, la sorpresa de saber que tenía un hijo hacía que muchos se marcharan enseguida. Por eso nos sorprendió a nosotros que él se quedara.

Era un hombre gordo con voz de niño, que cada vez parecía luchar entre la naturalidad y el miedo: saludaba con timidez, pero no me gustaba darle la mano porque olía a tabaco. A pesar de todo, me caía bien porque si yo procuraba no estorbar y huía en el momento adecuado, siempre conseguía boletos para el cine o algún libro o juguete. Además, mamá me dijo que, como era maestro, no le incomodaba que yo hablara como adulto.

Me gustó que tuviera la idea de los rompecabezas, mientras más complicados mejor, porque podíamos pasar horas con ello; mamá en los quehaceres, yo en silencio y él casi sin fumar, acomodando piezas por turno: quien se equivoca, pasa. Cada vez que lográbamos armar alguna sección difícil, entre risas y toses se recompensaba con un cigarro que consumía asomado sobre mi hombro mientras yo buscaba mi siguiente pieza. Allí no había timidez; era una competencia de ingenio en que cada turno podía definir al vencedor.

Por eso no me di cuenta a tiempo de que algo andaba mal. Cuando se levantó, la tos me hizo creer que era su dosis lo que buscaba en la bolsa del pecho, hasta que vi la cajetilla y el cenicero a su derecha.

Luego vino lo peor. A pesar de la evidente incomodidad de su postura convulsa, me sonrió al caer sobre el rompecabezas casi terminado.

Mientras esperábamos la ambulancia para que lo llevara al hospital, encontré en el suelo la pieza que buscaba, y entendí al fin por qué dicen que los padrastros siempre son malvados.

"Decir verdad". Relato de Ivanius. Texto: © ChanchoPensante.com. Imagen: Wikimedia Commons.

29 comentarios:

Anónimo dijo...

Parece ser que su vicio mas evidente no era el unico que tenia... habia mucho mas!

Un beso

Pelusa dijo...

Y a mi me dio por tomarle mala voluntad al chiquillo...
Lo siento!
Buen relato, querido Ivanius.

CANTO EN FLOR dijo...

A Decir verdad tu texto encierra un sin número de advertencias, muy sutiles, que hay que leer entrelíneas...

Impactante final, enternecedora la inocencia del pequeño, muchas gracias por compartir.

Un abrazo!

JP dijo...

-- Ivanius, esto es la pura verdad. Genial narracion corta, armada con cada pieza en su sitio; no es un rompecabezas, es la manera natural en que armamos los recuerdos, gracias!

Geisha dijo...

cuando el interés por complacer a una mujer es mayor, no siempre es así, a veces se pasan de estupidos mimadores fingidos.

Un Hombre mirando al SudOeste dijo...

Otra vez me quedo con este cuento corto, creo q esta de mas alabarlo, ya q mi gusto por ello es intrinsico...
Es bueno saber q en ocasiones esas relaciones afectivas entre un Padratro y un hijastro existen y fluyen de manera natural...
Las he visto en la vida real y me agrada conocerlas...

Un abrazo Ivanus, como siempre agradable leerte en lunes

ROB dijo...

Solo por fastidiar, total ya no perdía nada.

mariposasalvuelo dijo...

Auchhh me sentí identificada con el cigarrito y la probablidad de un infarto. Qué horror.
Perfectamente hilvanada y contada esta historia. Un abrazo desde tu Defeño Ivan.

jess dijo...

Siempre odié los rompecabezas.

De niña, ante la impotencia de armarlos, hacía que las piezas a fuerzas encuadraran donde no quedaban.

Y también odio el olor a tabaco.

diagh!

Saludos!

marichuy dijo...

Ivanius

Te decía -en tu blog- que este niño listo, pensante y sincero, me encantó. Y que seguro lo más lamentable apra él fue que el pretenso de su mami cayera de bruces sobre el rompecabezas casi terminado.

Muy original forma de contar esa historia, que, cambiando a la madre por una tía y al rompecabezas por las lecturas, alguna vez viví.

Saludos

Jo dijo...

amo los rompecabezas y amé su sinceridad

a decir verdad seguro que el y el chico estaban mas que identificados... pero todo pasa

justo cuando todo esta poniendose "en orden" las circunstancias todo lo desarman

Paloma Zubieta López dijo...

Querido Ivanius: se me aparece usted en muchas de las piezas, ¿será mi imaginación? ;o) Me encantan los rompecabezas. Menudo susto nos ha pegado hoy... besos.

MauVenom dijo...

A veces hasta los propios padres se quedan con la pieza del rompecabezas

será que son malvados o sólo personas.

Muy padre Iván, es un texto concreto y que muy pronto (al menos en mí) va logrando el cometido de envolver

me ha gustado mucho ver los comments y como cada uno nos vamos reflejando

Pelusa por ejemplo iba odiando al niño... yo a los adultos... así todos somos un cuento.

Abrazote.

Mara Jiménez dijo...

¡Pero que mala leche de este gordo vicioso de venir a infartarse justo arriba del rompecabezas! Es que hay que ser desconsiderado, de verdad. De tu capacidad para dejarnos a todos con la satisfacción d eun banquete a través de la degustación de un bocadillo... ¿qué te puedo decir que no sepas? Mil bravos... y un beso. =)

el7palabras dijo...

Oiga.
Iba a decirle que le había leído mejores, y que este era de los chafitas; pero no sé ahora que escribo.

Mi amigo, mejor dejo de decir pavadas y huyo antes de unirme al coro de segudirores.
Y no porque me resulte malo ser su fáns; más bien porque ya chole con tanto elogio.
Mejor vamos a casarnos.

O cómo.

Anónimo dijo...

Excelente y cotidianamente sorprendente relato. Cómo cada quién desde su prejuicio puede asumir cosas. Contaría como alternativa relatar desde la visión del "padrastro" fumador. ¿Qué tal que se proponía a jugarle un "truquito de magia" y "sacarle de la oreja la pieza que faltaba"? Y lamentablemente la fisiología le juega una mala pasada, quedando en mal en más de un sentido... Pero todo normal, el chico y el fumador con sus motivos para ocultar la pieza. Así es la gente ordinaria, hacen cosas ordinarias que nos arrancan especulaciones extraordinarias!

Nadia dijo...

No me gusta la visión blanco vs negro, prefiero la escala de grises que sucede entre las piezas del rompecabezas incompleto, el saber que cada pieza tiene su razón de ser y de estar en esa posición o de nunca llegar al lugar que le corresponde.

Buena historia, Ivanius. Uff, los cuentos con padrastros me ponen algo nerviosa. =)

Unknown dijo...

Ga de acuerdo con 7p.
Ciao!

Canalla dijo...

En esta clase de relación, entre dos niños disputándose la atención de la madre, el humor negro es ingrediente
imprescindible. Saludos chanchos.

L.N.J. dijo...

Es un alfil de ajedrez, un vicio que todavía no consigo dominar.


Un texto curioso, saludos.

Anónimo dijo...

Hola Ivanius...
muy buen cuento... la parte que más me gusto es donde el padrasto al caer sobre el rompecabezas le regala una sonrisa al niño...
su ultima sonrisa... el mejor regalo

un abrazo
=D

ikerjauregui dijo...

Que fuerte!.
Yo soy un afortunado de dejar muchas substancias que me abrían matado tarde o temprano, pues de alguna forma ya lo estaba aciendo.
Pero el que pronto dejare es el tabaco , porque tarde o temprano me quemara él a mi. Gracias por esta historia tan llegadora. Paso seguido pero hoy en particular quería agradecerte esto.

LUMPENPOETA dijo...

El tema me parece bastante fuerte, por ese final, desde la apreciación infantil y la muerte con la sorpresa de la trampa. Si me permites, algunos comentarios sobre la escritura: con decir "hacía que se marcharan", es suficiente (muchos, muchos, repetición innecesaria); igual nos y nosotros, hay por ahí un que sobrante y creo es mejor "en ello" que "con ello" y dos verbos en presente, la redacción está en pasado, equivoca y pasa. Disculpa, no soy crítico ni corrector de estilo ni nada parecido, me gustó el tema y su desarrollo que lleva a un final abrupto, rápido, de estocada, como debe de ser, es como humor negro y creo que con algunas cosillas menores brillará esplendido.

LUMPENPOETA dijo...

Se me pasó algo sobre el final, ¿qué es lo peor, que sonriera el padrastro o encontrar la pieza? ¿Cuál tendría que llevar la carga para dar la estocada y sorprender al lector? Me parece que la pieza, por ello, se tendría que cambiar la redacción un poquitín.

Nada más. Es una humilde apreciación.
Me voy.

Ivanius dijo...

Sonia: Pero para notarlo, hacían falta lectores. Besos.

Pelusa: Eso es lo bueno de los rompecabezas, nunca se sabe quién es el personaje hasta que acabas de armarlo. Gracias.

Canto en Flor: Gracias por la paciencia de atender a la sutileza. Hermoso nick, por cierto. Saludos.

jota pe: El personaje así cree recordar. Gracias.

Geisha: Todo con medida,cierto. Lo importante es crear cercanía, no quedar en evidencia.

SOM: Los afectos fluyen, aunque algunos no terminen de armarse. Lo mejor es, como dices, ser testigo de que funcionan. Abrazo.

gerapo trezoo: Así parece, aunque los electroshocks no deben haber sido gratos.

Mariposa: Así es el asunto: echar humo o tomar aire. ;) Bienvenida, un abrazo.

Jess: También hay rompecabezas más simples y tabaco más aromático. =P Saludos.

Marichuy: Gracias. También seguro lamenta que en el hospital no puede armar rompecabezas. Puedo imaginar la otra historia; espero que no haya tenido malas consecuencias.

Jo: Por eso es importante aprender a armar rompecabezas.

Paloma: A mí me encanta la imaginación que no se asusta. ;) Besos.

MV: Y cada quien hace hablar a los personajes para sí. ESO es impresionante. Abrazo.

Mara: Tomo nota. El próximo muerto, sin desorden. OK. Mil besos... y estafeta.

ChanchBróder: Ya chole, pues. Mejor vamos a la pocilga a ver qué. O cómo.

Doctor Gurma: No estoy muy seguro de que la voluntad del padrastro dejara así la historia; quizás el final sería bastante más macabro. Gracias.

Nadia: Así parece. Lo difícil es descubrir qué rompecabezas armamos. Gracias. Por eso los padrastros son buenos... personajes.

GA: ¿Por qué no me extraña que estén de acuerdo? =)

Canalla: Tú lo has dicho. El humor es la madre de toda relación padre. Saludos.

LNJ: Eso me sucede con los vicios, más bien ellos me dominan. Gracias por curiosear. Saludos.

Ana: Hola. Aunque allí acabó el cuento, el niño quizás habría preferido ganar. Y tal vez no fue la última sonrisa.

ikerjauregui: Gracias, qué bien que te haya servido. Suerte.

Lumpenpo: Gracias por la apreciación y los apuntes, que servirán para pulir, como dices. Lo mejor es saber que al final, el lector es quien tiene la pieza que falta. Saludos.

Utro lector más que no tiene blog dijo...

Detecté errores gramaticales:
"Aunque muchos invitaban a mamá a salir, su vida conmigo la aislaba de todo lo demás".
Oración mal estructurada, debe escribirse así:
-Muchos invitaban a mamá a salir aunque su vida conmigo la aislaba de todo lo demás.
Detecté algunas más de la misma forma.
Esto no tendría mucha importancia (un corrector de estilo lo arregla sin problema) incluso pasaría desapercibido si su texto trasmitiera nervio. Leí textos previo suyos y siento lo mismo, los detecto con demasiada preocupación por la técnica, los siento fríos.
No le tema a la pasión.

Jesús Estrada Sánchez dijo...

I've read better from you. Nonetheless, enchanting.

Tessy dijo...

Ivanius, no podría ponerme a favor de uno o de otro. Son difíciles esas relaciones niño-adulto / hijo-novio, pues todas ellas implican cierto esfuerzo por conquistar al otro, cada quien a su estilo y cada quien con sus miedos; más sabiendo que de por medio está el amor de una mujer (madre o pretendida, según el caso).

Me alegra que, pese a todo, se llevaran bien.

Seguiré atenta a tu próxima publicación. Saludos =)

Anónimo dijo...

Ese lector que no tiene blog debería tenerlo y llenarlo con sus oraciones correctas y apasionadas. Me parece tonta, caprichosa la corrección que propone (o impone), como si no hubiera encontrado nada lo suficientemente defectuoso para hincarle el diente. No digo que no se pueda mejorar la redacción, siempre se puede. En cuanto a la pasión, es justamente esa "fría" pasión uno de los mayores logros. Me parece un relato inteligente, con economía de recursos, toda pasión explícita sobraría. Aprecio los tres párrafos finales, imágenes que dejan impronta: la cajetilla que alerta, la sonrisa, la última pieza (y el humor de la frase final). No concuerdo con la opinión de que debe prevalecer una sola estocada. ¿Por qué? ¿Dónde está escrito? ¿En qué cielo? Estos tres párrafos arman de golpe el cuento, le dan forma y ya no hay nada más que pensar o especular. Si se quiere pulir la redacción de la primera parte, pues bien, se pule, pero que no cambie nada.
Gracias. Muy bien logrado.