Por Eva Magallanes
I
Inseminada por las suicidas atisbo en la oquedad de la palabra el terror fosforescente de sus carnes frágiles. Como jarrones en añicos o vestidos en jirones o muñecas de trapo desvirgadas en la noche balbuceante del poema - inútil y blanco - el parto sanguinolento de la existencia. Versos, cebos para la engorda, carnazas, señuelos, corolas del deshoje cotidiano, pétalos consumados en éteres tóxicos, idos al mar, al río, a la nada barbitúrica. Sus osamentas tengo en mis manos, cada página, un hueso. Los vocablos y las letras, restos. Bajo los escombros la indecible entraña de lo viviente. Conservar este reflejo, llevarlo entre mis labios como el agua que se escurre hasta sus sepultas bocas, extintas mariposas con las alas intactas.
II
El agua, el agua, el flotar del agua. Su cuerpo, su cuerpo acalorado meciéndose gota perdida al fondo desnuda y húmeda la mente, la mente errante zozobrando la mano lánguida hundida en el vaivén todo lo deshace, la calle, la casa, las paredes naufragan, de agua las paredes, de agua la memoria y en oleajes arrancan dejando al cuerpo, el cuerpo solo, lavado de presencia se mece puñado de fibras desprendidas que en el agua del inicio respira por primera vez y expele al mundo, en la vena abisal la sangre silba ansiando el filo y viene manso y se escabulle disfrazado con su piel trae todo lo viviente hacia su pulso, océano gigante gira el agua gira la mano gira la cabeza el pelo amortajándole las sienes, crujen los objetos, cruje el mundo, el cuerpo se refleja sombra monumental en el olvido, el agua, el agua, el flotar del agua la mente cae entumecida en su regazo.
10 comentarios:
Que fuerte. A mi mente solo llegan imagenes de alto impacto..
Cuando el agua no lo puede lavar todo.
=0S
Saludos
La profundidad del agua de esos ríos, conoce las letras suicidas que decidieron poetizar la vida en lugar de seguir viviéndola. Se llevaron en ese viaje a las profundidades, páginas de libros que ya nunca más escribieron, pero que su tinta invisible se hace legible cuando la lluvia cae sobre ese río, cuando nuestra mirada cae en sus libros, cuando nuestras manos los acarician recordando su carne y su alma.
Excelente prosa poética, Eva, excelente tributo a esas plumas suicidas que la vida suicidó.
Mi admiración.
Un fuerte abrazo.
Me gusta mucho cómo creaste atmósferas en cada parte. En una sobre lo que se va, de alguna forma, "transgrediendo" y se concluye con aquello de la simulación: "hacer como que"; la otra, agua que se lleva todo pero también agua dadora de vida.
La ilustración, de entrada, es suficiente para arrebatar
después tus letras homenaje que me recuerdan la poesía y por otro lado la angustia o emoción extrema
momentos de lucidez que se alimentan de deseo vacío o problablemente lo contrario, desbordado
toda la buena poesía nace de un dolor, según yo
y el suicidio, no lo critico (aunque arranque la furia de la mayoría), lo observo como una decisión de vida... personal y nada más.
Muchas gracias por participar con tus bellas letras, gracias por traernos a la memoria a estas mujeres que admiramos los que aquí escribimos.
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'el cuerpo se refleja sombra monumental en el olvido'
me has dejado pensando de más.
Un beso
Gracias por el "feedback" que siempre da sentido y estímulo.
Llego muy tarde a comentar, aunque te leí desde le primer día, pero de sólo ver la foto de mi adorada Alejandra Pizarnik, ya no pude comentar.
Hermoso tu homenaje a los suicidas, muy cerca del 38 aniversario de la ida de Alejandra, por cierto.
Saludos
Eva de agua, poeta que desgrana los suicidios, otra forma de vivir, tus textos limpios y profundos, maravillosa Magallanes en la conquista de los territorios del alma en su oescura dimensión. Este lumpen de la poesía te deja estas humildes y un abrazo que nos afirme en este mar con sus aguas desatadas.
La vida vista con los boqueos del ansia, del que no sabe si es pez fuera del agua o ave lanzada al precipicio líquido.
Vorágine de imágenes propicias (¿o impropias?) para construir escalas de palabras...
Que talento , me gustó mucho , cada palabra está sentida y en el orden exacto para proyectar esa imagen tenaz de lo incomprensible.
Eva, me llevó a otra dimensión. Me colocó en altura, testigo mudo e impotente de lo inevitable, del pasado, del ausente, del cuerpo hecho material "lavado de presencia que expele al mundo".
Fui un cóndor por ud.
http://enfugayremolino.blogspot.com/
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