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29 junio 2009

frente al espejo

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por Marichuy*

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He perdido la noción del tiempo que he pasado en esta cama; enlazada a sondas y conectada a un monitor, el cual pareciera estar dando cuenta de los latidos de mi corazón, mediante su constante bip-bip. Pero a pesar de mis confusiones temporales, siento que ya han trascurrido varios días desde que me dejaron en este cuarto; lo creo así, porque aún con las persianas cerradas, he podido distinguir cómo la luz diurna ha ido dando paso a la oscuridad que acompaña al anochecer. Lo que no sé, es cuándo y cómo llegué aquí; sobre ese hecho en particular, tengo una especie de vacío en mi mente. Me imagino que antes de percatarme dónde me encontraba, estuve sumida en un profundo sueño, pues todavía suelo tener algunos periodos de ausencia, durante los cuales no percibo los cambios de la luz, ni me doy cuenta de las visitas de las enfermeras y médicos, quienes a diario vienen a revisar los registros del monitor y la frecuencia del goteo en las sondas.

No sabría decir con exactitud, cuando empecé a sentirme incómoda dentro de mí. Debió ser aquel día, en que mirándome desnuda al espejo, no me reconocí en la imagen que éste me devolvió. Mi cuerpo lucía tan cambiado; ya no quedaba vestigio de mi pecho liso y mi cadera lucía una redondez que me desconcertó. Me perturbó tanto verme así, que me sentí avergonzada y aún en la soledad de mi habitación, de inmediato me cubrí. Busqué la ropa más holgada, una que disimulara mis pechos crecidos y la recién descubierta forma de mi cadera. A partir de ese día, dejé de usar camisetitas ajustadas y en general cualquier vestimenta que permitiera adivinar mis nacientes curvas y adquirí la costumbre de andar siempre vestida con pants y sudaderas holgadas; sólo cuando no me quedaba más remedio, usaba vestidos, también muy holgados y un tanto aniñados. Todo para ocultar las formas de mi cuerpo y ponerme a salvo de las miradas de los demás.

Fue en esa época, en la que empecé a notar cambios en mi estado de ánimo;
me sentía irritable y sensible al extremo; en esos días, hubiera preferido no salir de mi cuarto, para que nadie notara lo que me estaba pasando. Y fue también, cuando iniciaron las alteraciones en mi apetito; sentía más hambre de la normal y comía para apaciguar esa repentina avidez, pero siempre terminaba sintiéndome mal por haberlo hecho. La comida se volvió un suplicio para mí y muy pronto me di cuenta, de que comer me causaba verdadera angustia. Busqué la manera de reprimir mi necesidad de comida; como al principio me costaba trabajo controlarla, llenaba mi estómago con agua y procuraba mantenerme alejada de la cocina, evitando a toda costa la tentación de la comida. Pero con el paso de los días y un buen esfuerzo de mi parte, conseguí dominar mi hambre de tal forma, que dejé de sentirla y ya ni siquiera requería engañar a mi estómago con litros de agua; en todo el día, únicamente comía algo de verdura y fruta. Me había hecho a la idea de que, reduciendo mi ingesta alimenticia a lo mínimo indispensable, mi pecho podría volver a lucir plano y mi cadera dejaría de verse redondeada.

Pero nada parecía dar resultado. No obstante que apenas comía y me ejercitaba mucho, cuando me miraba al espejo me seguía viendo igual, con esas formas que nada me gustaban; mis pechos continuaban creciendo y mi cadera redondeándose. El espejo y la comida se habían convertido en mis peores enemigos; sólo en el sueño encontraba un escape para evadir mis angustias. Huía de las miradas ajenas, lo mismo en casa que en la escuela o en la calle, para no sentirme presa de su escrutinio. Aunque siempre había sido solitaria, en ese tiempo me aislé aún más; de la escuela regresaba para encerrarme en mi cuarto, hacer mi tarea y dormir. Vivía tan aislada dentro de la casa familiar, que nadie se dio cuenta cuando un día,
después de ejercitarme duramente, sufrí un ligero desvanecimiento; yo me asusté un poco, porque me quedó la sensación de un sudor helado recorriéndome todo el cuerpo, pero me tomé un thé bien caliente y me metí a mi cama para calentarme, hasta que esa extraña frialdad se desvaneció. Sin querer, había descubierto que era capaz de controlar no solo mi hambre, sino también cierto tipo de malestares; así lo creí y me sentí bien conmigo, casi feliz. Quizá por ello, es que no consigo entender qué fue lo que ocurrió después; cómo fue que terminé en este hospital.

Y aún sin saber qué fue lo que me sucedió, ahora me siento más tranquila. Acostada en esta cama y bien resguardada bajo la sabana y el cobertor extra, no tengo que preocuparme por las miradas escrutadoras; cuando llega la hora de la comida, ya no me angustio y no necesito buscar pretextos para no comer o mentir diciendo que ya lo hice. Nadie puede obligarme a ingerir alimento, pues no estoy en condiciones de hacerlo. Paso dormida la mayor parte del tiempo y a veces, hasta tengo gratos sueños; como anoche, cuando soñé que estaba sola en una hermosa y tranquila playa.

Pero sin duda, lo mejor de estar aquí... es que no hay ningún espejo.

No tengo idea de cuánto tiempo llevo hospitalizada; tampoco, de cuándo podré abandonar este sitio. Lo único que sé, es que el día que logre salir, me gustaría hacer realidad mi sueño e irme a vivir a la orilla del mar; creo que allá podría olvidarme de los espejos y de la angustia que me provocan la comida y las miradas ajenas.




imagen tomada del sito es la moda.com

65 comentarios:

JP dijo...

-- querida marichuycita, dame el honor de ser el primero en felicitarte por tu texto que como muchos otros ya son bulimicos a mi existencia: me engordan el alma, le sazonan de razon de ser a mis dias, por lo que antes de caer en las garras de algun doctor o -peor- psicoloco, he decidido oficializar este vicio y desde ahora me declaro marychuycista de hueso colorao! Gracias!

marichuy dijo...

Mi querido Jota-pe

¿Que usted no duerme? (No sé la diferencia horaria con tu lugar de residencia, pero imagino que ya era de madrugada)

Gracias por tus palabras. Espero que no te haga daño esta ingesta.

Potter dijo...

Chuyita de mi corazón!

Felicidades por tu fastuoso estreno.
La fragilidad de la historia es notable, con unos recursos de las fobias muy interesante.

Casí que no llega tu turno, y para cerrar esté mes de junio, tus letras caen muy bien!

Gran historia. A veces nos molesta tanto las miradas que es mejor irse a un refugio donde nos sintamos seguros.

Un abrazo

El cola E´Flecha dijo...

Podría decir que me gustan las "gorditas"... pero la neta no... Me gustan las "flaquitas"... (¡Echale mas leña al fuego! Que irresponsable soy)

Mafalda dijo...

...

Mi Marichuy:

Lograste trasmitir la angustia que sienten las pacientes anoréxicas. Ese terror a su imagen.

Una narración intimista muy bien lograda.

Mafalda

Anónimo dijo...

Muy crudo y muy real narración Marichuy, coincidentemente muchos de tus textos más conmovedores tienen que ver con alguna experiencia personal. Alguna vez conocí a una chica así... De miedo! En serio que me estremecí al repasar las líneas de tu texto.

Enhorabuena por el texto! Aunque no dejo de pensar en tantas niñas así...

Ivanius dijo...

Resuena en este relato la llamada de atención sobre la mirada escrutadora de "los otros", esos que sostienen un traje ideal talla cero y se lo miden a todas para declararlas inadecuadas.

Muy fuerte, pero más que eso, invita a la reflexión sobre la dinámica de contemplar y ser contemplado. Bravo, Marichuy.

ROB dijo...

Que tristeza encontrar la tranquilidad en el hospital; tan real el relato como las personas que conozco con problemas alimenticios.

Felicidades por el texto.

Sandra Strikovsky (Strika) dijo...

Querida Marichuy:

Qué fuerte, pensar que tantas mujeres viven esa angustia. Tu narración es muy buena. Felicidades.

Un beso

Alejandro Aparicio Morales dijo...

no ahi espejo que muestre nuestro interior.

tambien quiero felicitarte
es un gran texto el que publicas

te seguire leyendo
me agradas

te mando un gran abrazo bonito dia



adios

que tengas un

Murumo dijo...

Me gusto tu texto, es preciso y al punto. Muy bien logrado, felicidades.

No por hacer auto promocion, pero este es un anuncio al respecto que hicimos hace unos años. Me parece de los mejores trabajos que hemos hecho:

http://www.youtube.com/watch?v=94c43AlwLKo

rhanya2 dijo...

Me gustas cuando escribes sobre ti misma, mucho. Y hoy aplaudo tu texto, el primero -parece ser- como escritora de ficción.
Un aplauso bien sonoro, Marichuy!

Anónimo dijo...

Que historia tan desgarradora vista desde adentro nos has dado, mostrandonos la crueldad a la que es sometida alguien en una en una cultura obsesionada con la comida rápida, dieta y la imagen corporal. Es increible como la insatisfacción con el cuerpo usualmente llevan a conductas alimenticias peligrosas y poco sanas sin darnos cuenta estas hundido ahi. Me gusto mucho la narracion, es detallada sin llegar al morbo. Besos nena!

Workaholica dijo...

Auch!!!

Lo curioso de tu relato es que no logré percibir angustia en la protagonista... lo plantea como algo tan natural... hasta escalofríos dan...


Besos sin anorexia

la MaLquEridA dijo...

Y precisamente por comentarios como el de Abraxas- no tengo el gusto de conocerlo- es que muchas mujeres están con problemas de autoestima.

No se aceptan porque los hombres las prefieren flacas, y ellos? cómo están?

Un problema en mi vida fué el peso, pero no como para ponerme a tal límte, aunque algunas veces no lo supe manejar,
Pero ahora mismo lo veo con mi hija, no se gusta, y ni siquiera es gorda, el trabajo que tiene hace que la vean mal, por no ser muy delgada, sin ser gorda.
Y todos le dicen lo mismo- por qué no adelgazas?-cuando ni siquiera está gorda.
Eso hace que no se guste y que siempre tenga problemas de alimentación, de gastritis y demás.
Crudo tu relato, pero tan real.

Saludos, es la primera vez que te leo, aunque no es la primera vez que vengo aquí.

Mara Jiménez dijo...

Marichuy: Es tan crudo como real. Y la crudeza y la crueldad radica en que estás exponiendo el caso extremo, pero todas las mujeres lo padecemos en mayor o menor medida: Desde la esclavituda del número que ostenta la etiqueta de tu ropa, hasta el que no haya posibilidades de escoger los trapos que te de la gana, porque ciertos modelos "solo llegan hasta cierta talla". ¿Y cómo podríamos protestar? ¿Cómo podríamos hacerle firmar a los Mass media una carta responsiva donde asumieran la carga que les corresponde en esta debacle? Y lo más importante ¿Cómo lo detenemos? Recomiendo la peli (que seguramente ya viste) "Las Mujeres Verdaderas Tienen Curvas", para estar a tono con tu cinefilia, y poderte así, agradecer este texto que lleva a refelexiones tan congruentes. Me encanta leerte, Marichuy. Besos.

MauVenom dijo...

Desde que vi el tag de "relato" y no "cuento" me pareció entender algo un poco sustentado en cierto punto que comentamos alguna vez... que nos sucede a los dos en nuestras respectivas familias

pero bueno, quizá no.

No deja de soprenderme el Poder Social que nos dobla y convence de una realidad totalmente diferente a la nuestra y nos hace creer y asimilar lo que debemos adoptar

que si no es lo que tenemos, deberíamos hacer lo que fuera por conseguirlo y con eso la aceptación general

los desórdenes alimenticios son una forma burda y obvia de este problema pero todos de alguna manera caemos en algún patrón de rechazo a nosotros mismos basado en lo que los demás esperaran... o de lo que consideraríamos ideal

hay que tener cuidado

ahora, como historia tiene algo que me encanta y es el como reflejas la tortura del juicio ajeno... y la necesidad de huir para no tener que enfrentar más al mundo.

Besos muchos Mari
Felicidades por tu estrenote.

Jo dijo...

y mas de una quiza nos sentimos reflejadas pero, es bien cierto que aun la mirada de otros o la opinión puede que lacere... es a veces peor lidiar con la de uno mismo

el7palabras dijo...

Oiga Marichuy, me gustó mucho su cuento.

Me faltarían criterios y tecnicismos para decir si está bien la métrica, o si las hilachas; pero le repito, me gustó mucho.

Chale, me da cierta vergüenza unirme al coro de fánes y bululú, pero le prometo que le diré cuando no me guste lo que escriba, sea aquí o allá.

Anónimo dijo...

Hola Marichuy!
desgraciadamente el inicio de este tipo de enfermedades se da en el seno familiar... cuando de la niñez se pasa a la pubertad o se esta en plena adolecencia un comentario insignificante y mal dicho puede llegar a desencadenar este tipo de problemas... y lo peor es que no se esta preparado para detectarlos a tiempo y tontamente llegamos a pensar que "estan en la edad del choque" (asi decia mi abuelita) y que se les pasara... upss!
el comentario que hace la Malquerida es un ejemplo de lo fatales que pueden llegar a ser unas palabras en el animo y aceptación de uno mismo...
deberia haber desde la primaria una clase de nutrición...
naaa! eso es mucho pedir
Felicidades por tu estreno...
un abrazo
y como siempre me dejas con una reflexion por el resto del día

marichuy dijo...

Potter adorado

La fragilidad, es la de esa ¿niña, adolescente, jovencita o casi adulta?

Es terrible lo que ciertas debilidades emocionales, influidas por un entorno nefasto, pueden causar en la salud y en la vida de las personas. Son historias que no quisiéramos ver ni conocer, pero que ahí están y siguen sucediendo.

Un gusto tenerte aquí.

Besitos

marichuy dijo...

Abraxas

Tú eres el Diablo, en eso ya estamos de acuerdo; también, en que no tienes corazón, je.

Gracias por tu visita

marichuy dijo...

Mafalda

Angustia por el miedo que sienten… ante su propia imagen. Qué terrible.

Gracias por tu comentario, mi muy estimada y admirada Mafalda.

Saludos

marichuy dijo...

Doctor Gurma

No sé si sentirme emocionada o apenada, por haberte provocado algún estremecimiento. Pero te agradezco tu emoción.

Solo una aclaración: este relato no es una vivencia personal (mía, quiero decir).

Abrazos y gracias por estar aquí.

marichuy dijo...

Ivanius

Están las dos partes, el que sostiene el traje talla "cero" y con él mide y tasa la "valía" de terceros. Y por el otro, quienes se dejan influir por esa dictadura. Y en medio de ambos, la posibilidad de colocar las cosas en su justa dimensión... o dejarse dominar.

Gracias por tu comentario

marichuy dijo...

Gerapo Trezoo

Muy triste. Pero a veces sólo en el encierro de un hospital, es posible sentirse a salvo de esas miradas escrutadoras... las de terceros... y la propia.

Te agradezco tus palabras

marichuy dijo...

Querida Strika

Duro por cierto, más que por la dureza de la historia en si.

Un beso y muchas gracias por venir acá.

marichuy dijo...

Alejandro Aparicio

Eso dicen, que no hay ningún espejo que reflejo nuestro interior. Pero a veces, nuestro exterior si logra reflejar lo que sentimos.

Te agradezco tus palabras.

Saludos

marichuy dijo...

Syaka

Antes de contestar tu amable comentario, fui a ver tu video: muy bueno. Breve y bueno, dos veces bueno, dicen.

Y ahora sobre tu apreciación a mi texto, no tengo más que... agradecer tu amabilidad.

Un saludo

marichuy dijo...

Querida Violette

Gracias por tus palabras; generosas, como siempre.

En efecto, esta historia no es vivencia mía, aunque no necesariamente sea una "ficción".

Gracias otra vez y un beso

marichuy dijo...

Sonia

La obsesión por la imagen corporal, pareciera un cliché o algo concerniente a cierto entorno social y profesional. Sin embargo, es más doméstico de lo que quisiéramos. La tortura y la angustia son bien reales y a veces, las consecuencias de esos desajustes son fatales.

Gracias por tu apoyo

Un beso

marichuy dijo...

Querida Workahólika

Muy seco mi relato, quizá. Temí pasarme de melodramática, si le ponía lagrimitas o una actitud más autoconmiserativa.

Besos iguales

marichuy dijo...

Exenio

Ya no sé si prefieres que te salude o que sólo deje un punto, como haces tú.

Pero gracias por pasar

Saludos

marichuy dijo...

Malquerida

Quiero pensar que el comentario de Abraxas fue en broma; humor negro, pero sólo broma (yo si lo conozco).

Con esto de la Anorexia pasa algo similar -guardando las proporciones- a lo acontecido con el SIDA: es algo que no sólo les sucede a los otros; entendidos como "los desconocidos"; sino que puede pasarle a el chico o la chica de junto y hasta a alguien de casa.

Un pena lo de tu hija; ojalá lo pueda manejar.

Saludos y gracias por comentar

marichuy dijo...

Mara

Bien cierto; este es un caso extremo, pero en mayor o menor medida, todas estamos sujetas a esa "dictadura". Lo peor, es que sea una cuestión "femenina". Y no porque yo sea precisamente una feminista recalcitrante, pero esto resulta un "extra" molesto.

Sip, conozco ese filme; muy interesante y libre de azotes sensibleros.

Gracias, querida Mara, por la generosidad de tus palabras.

Un beso

marichuy dijo...

Mau querido

Auch, qué buena memoria la tuya; y eso que sólo se trató de un comentario al calce.

En efecto, el sometimiento al que nos prestamos, va mucho más allá de la imagen corporal. Toca otro tipo de aspectos de la vida social y profesional, en los que en ocasiones arriesgamos nuestra dignidad.

El juicio ajeno y la mirada escrutadora, pueden ser muy crueles, mi querido Mau... muy crueles. Y entonces, creo que es normal el deseo de escapar de ellos.

Un beso y mil gracias a ti

marichuy dijo...

Jolie

Concuerdo, al menos en mi caso, no hay juez más duro... que yo misma. Auch.

Un beso y gracias por tu comentario

marichuy dijo...

Siete palabras

Oiga y a mí me gustó mucho verlo por aquí y que le haya gustado "mi cuento". Y qué cree? Que ya somos dos: yo tampoco sé nada, lo que se dice nada, de "métricas, tétricas y demás hilachas".

No crea, a mí también me da un poquito de pena, pero solo un poco, je. Pero usted no se preocupe, ya habrá otros "cuentos" míos, que no le gustarán ni tantito.

Muchas gracias por su comentario

marichuy dijo...

Ana

Qué linda por venir a comentar acá.

Pienso que somos producto del entorno en que nos desenvolvemos, casa, escuela, amigos; pero también, sujetos la influencia, casi siempre nociva, de los medios masivos de comunicación.

Querida, debería haber clases de nutrición y de paso de una buena educación sexual. Pero qué va, estamos de vuelta a la mojigartería, merced a las políticas de la SEP, que nunca había estado peor y siempre bajo el constante bombardeo de la comida chatarra..

Un abrazo y gracias otra vez

malbicho dijo...

ese escrutinio de las miradas ajenas, ese verse a través de los ojos de otros es una calamidad constante de la que difícilmente se puede salir airoso

yo también tengo fobia a los espejos, no me gusta lo que me dicen, pero ese trabajo de aceptarse uno mismo nos lo dificulta tanto esa crítica externa

qué bueno que se multiplican los lugares donde leerte

De mente y Piernas Abiertas dijo...

Este blog me gusta y de la historia, que puedo decir, es demasiado aceptar que alguna vez pasé por esto, aún hoy sigo luchando por aceptarme como soy.

e. r. dijo...

Hola, Marichuy

es muy lindo tu relato, y triste.
saludos

marichuy dijo...

Malbicho

Siento que a veces los espejos, nos dicen cosas de nosotros que no nos gustan; pero que no tanto por lo que muestran del envoltorio, sino por lo que éste refleja del contenido.

Gracias por venir acá a comentar

marichuy dijo...

Canela Rosa

Ahora yo soy, la que no sabe qué decir.

Gracias por tu comentario

marichuy dijo...

Hola Ever

Triste... y no tanto por la tristeza de la historia, sino porque no es ajena a la realidad.

Gracias

Pelusa dijo...

Hola Marichuy:

Ayer te lei pero no me atrevi a contestarte... Me vi reflejada en los primeros parrafos. Horror!
Lo unico que creo que me salva es que me ejercito porque me gusta y no puedo dejar de comer porque... me encanta!!! jeje
Es muy cierto todo lo que dices, y lo que no dices y dejas entrelineas tambien. Te agradezco que me presentes este relato justamente ahora, y con tan buenas letras.
Un beso.

Canalla dijo...

La mujer sin formas es como una idea sin argumentos, pero la sociedad de consumo nos vende estereotipos, y se los compramos muy caros. Felicidades por tu debut en EyL. Besos.

Cuentos Bajo Pedido ¿Y tu nieve de qué la quieres? dijo...

Wooooooooooo que duro, pero cada vez más frecuente!
Felicidades

marichuy dijo...

Pelusa

Pero si haces ejercicio por gusto y no por otras causas y además, no puedes vivir en la inanición, no siento que sea grave. Claro, yo no sé de medicina.

Un beso y gracias tí

marichuy dijo...

Canalla

Será que compramos esos estereotipos, porque la sociedad de consumo en la que vivimos... es una sociedad poblada de ideas sin argumentos, no?

Gracias por las felicitaciones.

Un beso

marichuy dijo...

Cuentos bajo pedido

Así es querida, cada vez más común.

Gracias por tu comentario

Susana S dijo...

La eterna lucha de aceptarnos como somos, siempre difícil porque no hay peor enemigo que uno mismo.

Saludos

marichuy dijo...

Susana

Eso digo yo: nadie como uno mismo para juzgarse duramente, rechazarse y lastimarse.

Gracias por tu comentario

Dilbertina dijo...

Estoy terminando de trabajar, bueno lo que el cuerpo aguantó el día de hoy, me quede pasmada con el relato, hace poco en el Blog de un amigo que hace viñetas puso una anoréxica, la francesa del anuncio de Benetton, terrible, en verdad valiente viñeta, cómo valiente es este ensayo.

Que terrible es llegar a esos estados de dejarte morir de hambre, que terrible que te veas en el espejo gorda cuando puedes pesar 35 kilos, y solo te sientas bien sin que nadie aprecie tu cuerpo, por el miedo a sentirte descubierta.

A mi me pasa algo terrible, cuando empiezo a subir de peso, no mucho, no vayas a creer que soy la gorda del circo, pero cuando me paso dos o tres kilos del peso que me gusta, por andar comiendo todas las noches nieve de chocolate, en ese momento pasa algo en la vida que me hace sufrir, preocuparme, y dejo de comer, las angustias y las penas me hacen dejar de comer, y empiezo a solo tomar coca cola, he bajado a veces hasta 5 o 6 kilos por la angustia, y lo peor es que cuando pasa la tormenta y me veo en el espejo en verdad me siento gorda, así que cuando me recupero me siento mal, pero pienso estas en tu peso, por favor no invoques nada. Hoy que tengo tantos problemas comí muy poco, en verdad, le puse un gran plato de pasta a Her BB pero yo comí como pajarito, signo de que algo pasa en mi, por eso al leer por primera vez tu ensayo me sentí con ganas de correr al refrigerador y comer lo que queda de pasta.

Niña ¿de donde saco esta terrible fantasía? Me voy a dormir pensando en el espejo mágico de Blanca Nieves, y me acurrucare junto a Her BB para sentirme tranquila.

Les deseo a todos lo que participan en esta loca aventura de un nuevo Blog mucha inspiración y muchos lectores.

Abrazos a todos.

Dilbertina

marichuy dijo...

Dilbertina

Sí, recuerdo la foto de esa modelo francesa, literalmente famélica; también, todo el escándalo suscitado.

Creo que soy muchos factores que orillan a una mujer a caer en estos extremos. Uno de ellos, el que mencionaba Canalla (y que por sabido solemos obviar): la sociedad de consumo nos vende estereotipos y nosotros se los compramos bien caros.

De dónde saqué esto? Ups, no se me vaya a espantar pensando que ya estoy para el Fray Bernanrdino, pero salió de mi cabecita.

Un abrazo y gracias

Kyuuketsuki dijo...

Las fotos de la campaña contra la anorexia que se originó en Italia parecen estar dando resultados, aunque parcos por el momento. Ya no se admiten modelos con pesos muy inferiores en varios lugares; ojalá siga esa tendencia. Odio los cuerpos excesivamente delgados; no entiendo (supongo que el origen del mal fue la maldita Twiggy) en que momento muchas mujeres decidieron que sus naturales curvas eran malas. Maldito el día en que así fue y espero un regreso de las curvas generosas algún día

Me gustó mucho. Cuando sea grande quiero escribir como tu.

Sibyla dijo...

Hola Marichuy!

Te diré que yo tampoco me encuentro cómoda ni satisfecha con la imagen que me devuelve el espejo, pero me consuela saber que hasta las top model, tienen complejos inconfesables...

To también sueño con irme a vivir en una casita junto al mar!

Un abrazo:)

ANYELYT dijo...

Felicitaciones, dicen que al, pan,pan y al vino, vino.
Cruel pero real.
SALUDOS.

marichuy dijo...

Kyuuketsuky

Ojalá, porque en serio que esa publicidad, ese empecinamiento en modelar ideales femeninos que poco o nada tienen que ver con las "mujeres reales", ha dañado mucho más allá del mundo de las Top Model. Por eso yo son fan de Laetitia Casta y de Mónica Belluci: mujeres bellas y con curvas.

Un gusto verlo por acá, oiga. Y muchas gracias por sus porras, je

marichuy dijo...

Anyelyt

Gracias por leerme y comentar.

Saludos

marichuy dijo...

Hola Sybila ¡!

No lo hubiera imaginado; pero supongo que a todas nos pasa. El quid es saberlo manejar y no obsesionarse por lo que es imposible.

Gracias por tu comentario

Un abrazo

Gustavo Puntila dijo...

Mi queridísima Marichuy, como siempre, fascinado con tus cuentos... ó relatos? o historias? o vivencias? o experiencias? tienes un halo tan infinitamente misterioso y a la vez seductor…

Bueno, no me queda más que darte un gracias sincero, abrazo!

marichuy dijo...

Querido Gustavo

No sé a que santo debo agradecer que tú, que tan bien escribes, seas tan generoso con mis escritos.

En verdad muchas gracias; pero creo que de misteriosa... tengo poco (y mira que me encantaría serlo, justo por lo que mencionas: el halo seductor).

Un abrazo

Fernando García Pañeda dijo...

Marichuy,
tiene la aterradora "frialdad" de una especie de relato documental, pero contado en primera persona, con estilo mélangé ;)
Sabiendo que hay tantas playas que no se alcanzan...
Un abrazo compungido.

marichuy dijo...

Fernando

Gracias por tu comentario. Contado en primera persona se me hizo más fácil evitar, hasta me fue posible, el cariz melodramático.

Como muchas mujeres, de pronto sufro con los espejos; mayoritariamente a causa del nítido reflejo interior que ellos me devuelven y que no siempre es todo lo luminoso que yo quisiera. Afortunadamente, el espejo de esta historia no me refleja a mí.

Un abrazo