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15 junio 2009

Obra Cumbre


por Mara Jiménez

El escritor, después de dormir una semana a fuerza de cansancio acumulado, tés, píldoras de colores y frustraciones acumuladas, por fin abrió los ojos a la fría mañana de invierno, que se le ofrecía en el esplendor de la naturaleza durmiente bajo los mantos blancos de los helados caprichos de enero. Se le antojaba que aquella ventisca helada, traería con ella el nuevo comienzo de su vida. Se había hurgado tanto en el inconsciente, como podría hurgarse la nariz un niño de 5 años. Y vaya que había dado resultado: Esa mañana sabía exactamente la estructura de lo que llamó su “obra cumbre”. En los breves despertares que tuvo a lo largo de lo sietes días, había logrado garabatear las remembranzas e invenciones que sus sueños le dictaban, y ese día, el que despertó, antes de que los primeros rayos del sol se asomaran, había descubierto en sus anotaciones la estructura perfecta de su narración.

Sólo le inquietaba el último apunte; una frase sin sentido aparente, pero que casi lo señalaba con el índice: “Un hombre sin sueños, no existe”. Quiso, en un principio, culpar a la mala caligrafía soñolienta del poco sentido, pero entre más la veía, más la reconocía como perteneciente al archivo de lo soñado.

Con un café en la mano, brindó con la mañana fría y se prometió que cuando el manzano de frente a la ventana de la cocina floreciera con la promesa de sus frutos, su obra estaría terminada. Salió a la calle en una especie de ritual de despedida de la vida mundana. Compró papel y tinta, hizo acuerdos con el abarrotero, y volvió a su casa a volcarse sobre el papel, para plasmar su prolongado sueño.

Los primero días fue fácil trabajar sin descansar. Como había decidido escribir con una pluma sobre un papel perfectamente blanco, a veces cesaba para aplacar un leve dolor casi excitante que por minutos se instalaba en el túnel carpiano de su mano. Abría y cerraba la mano, y de pronto su vista se topaba con la libreta contenedora de los sueños; en un impulso incontenible, volvía a tomar la pluma y seguía escribiendo.

A los tres días, descubrió que necesitaba dormir de nuevo. Se dirigió, resignado a su desordenado lecho, cuidando de dejar la pluma y la libreta a su alcance. Durmió varias horas, y cuando despertó, antes de tomar total conciencia, anotó lo que había soñado. Logró establecer una rutina para alternar sus horas de vigilia y de sueño, siempre acompañado de la pluma y la libreta.

Cuando llevaba un poco más de un mes en su empresa, notó que la pluma se había hecho mucho más pesada que al principio, y no solo le parecía más pesada, sino también considerablemente más grande. Fue también por esa época que notó que muchas de sus anotaciones se repetían, es decir, las de aquellos sueños después de la mañana de invierno, con las de aquella insolente semana que durmió casi sin parar. Le resultó al principio algo extraño, pero lo justificó pensando en lo coherente de su obra y en lo embebido que estaba en su trabajo. Y aquella frase era también persistía en sus anotaciones: “Un hombre sin sueños, no existe”.

Pasaron pocos días cuando notó que la silla era más grande y la mesa aun poco más alta. En algún momento tuvo que poner unos libros sobre el asiento para poder alcanzar la superficie y levantar la pluma que había adquirido proporciones algo extrañas.

Un día, no le quedó más que admitir que estaba empequeñeciendo, y debió cortar, con mucho trabajo, una astilla de la silla para mojarla en el inmenso frasco de tinta, y poder así, tumbado sobre su abdomen, terminar con su Obra Maestra. Tuvo momentos de auténtica desesperación, pues las hojas eran grandes como sábanas, y con su diminuta caligrafía, era dificultoso avanzar en el número de folios. Pero había de volcar los sueños, todos, sin que ninguno se rezagara.

A principios de abril, el abarrotero decidió ir a su casa, pues no gozaba el escritor de fama de cordura, y hacía demasiado tiempo que no llamaba por un pedido. Llamó a la puerta repetidamente, pero nadie le abrió. Fue por eso que se decidió a ir a la policía, y el oficial, que también era partícipe de la fama del escritor, fue a su vez a llamar la juez, que conocía a todos los pobladores del lugar. Los tres hombres caminaron bajo un impertinente sol para llegar a la apartada casa del escritor; corroboraron que en verdad, nadie atendía los reclamos de la puerta, y que a excepción del manzano que parecía vencerse de la cantidad de frutos, el jardín no había sido atendido en buen tiempo. Así pues, decidieron forzar la cerradura. La casa estaba vacía, no mostraba rasgos de violencia, ni apestaba a cadáver descompuesto. Al llegar a la habitación del escritor, encontraron una resma de hojas escritas, en una caligrafía diminuta, que se iba agrandando conforme miraban la primera parte de la resma, es decir, las primeras que habían sido escritas; pero ni rastro de vida.

El juez se llevó las hojas y las leyó con paciencia y una lupa. Aquella era, en verdad, la Obra Maestra del escritor. Decidió honrar su memoria y publicar tan magnífico libro lleno de aventuras imposibles, sueños hermosos y metáforas sobre la vida y la muerte. Todo el universo se enteró y muchos leyeron tan hermosos libro, que concluía con la frase: “Un hombre sin sueños, no existe”.

El escritor vivió por siempre en su obra. Esa mancha de tinta que adornaba el final del manuscrito original, fue lo que quedó de su alma.



Imagen que acompaña: "Ink Blot" http://www.myclients.ca/mycampaign/temp/images/22/ink_blot_cropped.jpg






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24 comentarios:

Anónimo dijo...

En Stairway to heaven de Led Zeppelin hay una frase que dice algo que me hizo asociar este cuento con la rola, algo como: "And as we go on down the road our shadows are taller than our souls..." Me parece que puedo entender que el alma del artista se vacía conforme uno crea, de modo que pasa el tiempo y nuestra sombra (o el prestigio por lo creado) se vaya convirtiendo en algo mayor que la propia alma. Este escritor se vació de golpe en gran forma, volviéndose escritor-obra. Todo su empeño y su alma quedan en esos trazos, que son por supuesto su alma-sueño materializados

Luisz dijo...

Quedó aplastado en el papel como punto final.

Por el peso de ¿sus sueños? ¡No! De la penúltima hoja de papel.

Paloma Zubieta López dijo...

Mi Mara: ¡¡gran escrito!! A usted, la pluma se le va haciendo pequeña en la mano y me da mucho, pero mucho gusto. Y habrá que recordar su máxima para seguir soñando y así, existir. Enhorabuena por la siembra, que ya estamos en tiempo de cosecha y pinta la mar de bien. Muchérrimos besos con el cariño de siempre.

Mafalda dijo...

...

Mira tú que le iba a ganar al Doc pero se me desconecto el internet y pues ya no fui la primera, ni la segunda ni la tercera jejeje.

Aquí leyéndote Mara.
La fluidez de tu narrativa en este cuento me gusto mucho.

La plumota que carga tu escritor en determinado momento, es del tamaño del compromiso que le ejercemos a las letras.
Dentro de ese compromiso se encuentra esta frase:
“Un hombre sin sueños, no existe”
Contundente, no cabe duda.

Pero, yo me he quedado pensando.
En nuestros sueños, ¿jugamos un papel importante, para que fuera de ellos (los sueños) podamos existir realmente?

Tu escritor desapareció, pero también soñó.
Interesante paradoja...el Doc opina que se vació.
Mmmmm, yo pienso que tal vez, le sucedió algo que comparto contigo:


"De noche, cuando nos dormimos, nos transformamos todos en actores y cada vez salimos a un escenario distinto para recitar nuestro papel.
¿Y de día? De día, en la realidad, aprendemos ese papel. A veces, no lo aprendemos bien y entonces tenemos miedo de salir al escenario y nos escondemos detrás de los demás actores que se han aprendido mejor que nosotros sus parlamentos y sus movimientos.

Y tú, tú eres el que entra en la sala para asistir a nuestro espectáculo, y no para recitar.

Que tu mirada se detenga en mí en el momento que me sienta preparada, porque ninguno de nosotros es bello y sabio los siete días de la semana”.



Poema de la princesa Ateh acerca de los cazadores de sueños. Incluido en el Diccionario jázaro. Se dice que ella, Ateh, fue la creadora del diccionario (versión Judía). Pag. 194 libro amarillo, ejemplar femenino.



Un saludo desde las paredes frías de un hospital.

Mafalda

el7palabras dijo...

Oiga Mara, a mi no me parece como que usted
vaya a vaciarse de tanto crear, al contrario,
ese músculo y el oficio, irán desarrollándose cada vez más;
eso sí, con las felices consecuencias para todos nosotros los leedores.
Chido y siga ejercitando.

Abrazo.

PS: ¿y porqué estaba usted nerviosa? A ver...

Pelusa dijo...

Marita querida:
Cada dia me sorprenden mas tus creaciones, y te admiro mas.
Este escritor -tan real como cualquiera de tus personajes- realizo el terrible sueño de todo artista, quedar consumido por su obra...
Literalmente aplastante!
Un beso grande y felicidades muchas por este hermoso comienzo.

marichuy dijo...

Mara

Esta historia es tan buena y está tan bien contada, que temo hasta comentar. Me atrapó desde esa frase: "un hombre sin sueños no existe". Algo en lo que siempre he creído.

Aunque no creo que el escritor se haya vaciado por completo, pienso que si dejó, como se dice coloquialmente, el alma en ello. Una vez alguien me dijo que, cuando uno escribe cartas de amor, va dejando pedacitos de su alma en cada una de ellas.

Ahora bien, me parece que el escritor, lejos de desaparecer, se engrandeció; no sólo a través de su obra cumbre, sino mediante la proyección de sus sueños. Si "un hombre sin sueños no existe", tu escritor… existe por varios de nosotros. Tantos y tan geniales sueños; tanta intensidad y pasión puestas al servicio de la creación, no pueden tener como resultado la desaparición de un hombre. Nunca

Enorme debut, mí estimada Mara

Un beso

Un Hombre mirando al SudOeste dijo...

Ahy! q si fuese creyente diría q es religioso, Sin embargo el no ser creyente no me impide realizar comparaciones no?...

Y así como dicen q Dios se hizo Hombre... Tu Hombre si hizo letras...

Como dios se hizo su máxima creación, tu escritor también lo hizo...

Pero aun q a Dios le debe penar haber hecho tamaña creación como el ser humano no creo q tu escritos sufriese por fundirse con su creación, no creo q ya no exista... el se hizo letras...
que mejor para alguien q gusta de ellas???

Debe ser como hacerse canción, para mi debe ser como hacerse critica

Me gusto, me lo imagine un tipo decadente, obsesionado con la necesidad de preservarse de alguna manera, esta de mas que es un tipo solitario, no tiene hijos ni familia, su única conexión con el mundo es el almacenero... tan obsesivo que no le importo hacerse tinta con tal de poner todo de si en su obra...
Fluida hasta decir basta, me deje deslizar por el texto como supongo se desliza la pluma creativa cuando esta inspirada... si bien hace descripciones de lo q rodea al tipo, no es empalagoso y aborda principalmente la psique del personaje. Lo hace con pequeños detalles q dicen mucho y no necesita grandes textos descriptivos lo q le da mucha fluidez al texto...

Felicitaciones... no te nos vallas a hacer letra Mara que nos quedamos sin tus escritos!!!

Ivanius dijo...

Sería poco decir que me gustó. En este caso, además, creo que la inanición del personaje no es necesariamente la del escritor: un hombre sin sueños no existe; un escritor sin vida no sueña. Por eso escribir es manifestación de vida. El personaje puede languidecer, si es su destino. El escritor quiere vivir, por lo menos, hasta la siguiente página.
Bravo, Mara. Nos seguiremos leyendo.

JP dijo...

-- todos deberiamos morir llenos de suenios, cobijados en la hoja blanca que torpemente, no en este caso, calca nuestras vidas. Que bien escribes Mara, con la neurosis de alguien que se quiere acabar todo el papel y las letras del mundo

Anónimo dijo...

Hola Mara!
un cuento fabuloso...!
y bastante descriptivo de lo que sienten los escritores...
esa ansiedad de querer plasmar las ideas cuando brotan incontenibles...
Que más comentar? cuando se es buen escritor se deja el alma en ello...
Felicitaciones de nuevo, un placer leerte...
un abrazo
=D

MauVenom dijo...

Mar

por dónde empiezo?

creo por un lado que los sueños son inevitables y que escribirlos es la forma más eficaz de hacerlos reales sin restar espectacularidad, definición o cometido

creo también que dejarlos ir en papel es una forma de catársis que quizá no te libera en realidad de ellos pues pueden regresar pero te deja ordenarlos y ponerles una estructura física

... pero los sueños me confunden, como un principio casi oriental religioso en el que el deseo te mantiene atado al mundo y por otro (que no te dicen), sin él el mundo se detiene.

Me da tanto miedo soñar Mara como no soñar... pero me dejas material para pensar y lo agradezco.

Espectacular inicio Mar, hermoso texto, te deja con un sentimiento cálido de plenitud lograda, la satisfacción creo única que habrá tenido en algún momento tu personaje de saber que con tu obra (maestra), que mejoraste el mundo.

Besotes.

Anónimo dijo...

Desde pequeña los cuentos me han encantado. En mi infancia solia leer Alicia en el pais de las maravillas, me encantaba leerlo hasta el agotamiento, y nunca me cansaba, era uno de mis preferidos, daba lugar a la imaginacion a la fantasia, y todo ello sin medida, no había un limite donde te dijeran hasta aqui mas adelante no puedes seguir, no, en los cuentos no existen fronteras, una puede soñar, imaginar, fantasear, todo es aceptable, lo importante, es pasar un buen rato, y romper un poco con lo cotidiano, con las rutinas, que de pequeños tambien nos imponen.

Hoy disfruto de cuentos desde una perspectiva diferente pero igualemente enriquecedora para esa parte de una que necesita de eso precisamente: Soñar o incluso hasta atreverse a mantener un estado de ensueño, aun cuando la constante en la vida real siga sonando ese beep de alarma que indica "peligro".

uff me enamore de tu cuento, que mas quieres que te diga?.

Un abrazote

Gerardo K dijo...

Mara, muchas felicidades por tu entrada en el blog... buen inicio! Y... no será que el punto final de su obra maestra, era el escritor mismo? :) Un beso!

Mara Jiménez dijo...

Doctor Gurma: Yo creo que eso e stambién, como diría Charly Garcia, una cuestión de elecciones. Y sin, le puso tanto empeño, que su obra lo devoró.

Luisz: Es una buena interpretación!

Palomita: Mira, con que ya no varíe de tamaño la pluma, me doy por bien servida. Y sí, que nadie puede quedarse sin soñar. Desde que lo terminé de escribir, me ronda una frasecilla que me dijeron hace tiempo: "Hay que prodigarse, sin mermarse", y creo que de eso va la cosa: Gracias por la confianza y tanérrimo halago.
Un beso, comadre.

Mafalda: Creo que sólo reconocemos que un sueño es un sueño, al momento de despertar, pero mientras este ocuure habitamos en la realidad que nos está narrando. Ese diccionario Jazzaro me dejó a mi llena de dudas y cosas buenas, (las dudas son buenas), lo que ahora no sé si me leí la versión Judía o la Cristiana, sí sé que la mulsumana no era. Efectivamente, sólo Ateh para retar a los cazadores de sueños. Gracias por recordármelo, Mafaldita, y gracias por leerme.


Mi estimadérrimo 7w7: Un honor que en esta paulatina reaparición por la blogósfera me toque que usted me honre con sus ojitos puetsos en mis letras. Yo espero que tampoco me pase, como le dije a Paloma allá arriba: "He de prodigarme sin mermarme", pero quizás el cuento salió hasta como un rceordatorio a mi misma. No se me pierda, mi estimado, que sus comentarios pesan mucho en una servidora. Un beso.

Pelusita: Me haces que me ponga colorá... ¿ese será el sueño de un creador? Casualmente acabo de leer la respuesta de G que publicó en tu blog, y ya no quiero desbaratarme en bytes del teclado. Hay que alimentarnos, y buscar gente como tú, que nos enriquezca. Una vez nos dijo el profe en una clase, que cada cual era responsable d esu propio alimento espiritual, 17 años después, lo tengo presente. Besos grandes.

Marichuy: OK, trascendió, pero ya no puede soñar más. ¿Valió la pena el cambio? Yo no tengo la respuesta, te lo pregunto genuinamente. Un beso y gracias por leerme. =)

Suoesteman: ¡Quién pudirea ser canción! ¡Qué bonito! Y así mismo me lo imaginé yo, sólo... a lo mejor por eso decidió vaciarse. Un besote y gracias por esa imagen tan linda.

Ivanius: Me hiciste recordar la categorización de Grotowsky sobre el teatro muerto: Una producción estéril, sin vida, que no pretende más que llenar un breve espacio de tiempo. Por eso las letras muertas, son solo letras malas. Nunca como las generadas en la pocilga (valga decir) Un beoste y gracias.

Jota Pé: Eso es... la neurosis, y la ignorancia de no reconocer que, mientras soñemos, son interminables. Un abrazo y gracias.

Ana: Y en cada frase también nos hacemos más fuertes. Como eso que dicen las viejas de que lo que no te mata, te engorda. Jejeje. Gracias!

Mau: La gente como tú, no puede vivir sin soñar. Si acaso, por temporadas, aprende uno a ignorar lo que sueña, creyendo que construye su presente. Sigue soñando mi Mau, que en tus imágenes nos vemos todos reflejados. Besotes jefecito, y gracias por la subida de ánimos.

Sonia: No sé si lo sabes, pero tus fotos son historias condensadas, que nos llevan a soñar con lugares vividos, queridos o anhelados. Tu también narras... y lo haces muy bien. Besos.

Jerry! Que bueno que me acompañaste por acá! Y que bueno que te atrapó el cuentito. Eso... el se redujo a tinta... o siempre lo fue, pero tuvo manos para vaciarse, no sé. ¡Me da mucho gusto que por fin te hayas animado a comentar, mi Jerry! Nos vemos pronto y gracias.

Potter dijo...

A veces desaparecer del mundo necesariamente no significa dejar de soñar, a veces nos refugiamos como decía dorothy (de J. Garland) en un lugar donde los sueños se hacen realidad, sí, ahí mismo, sobre el arcoirís.

Un beso Mara, genial estupendo estreno!

mariposasalvuelo dijo...

Muy bueno Mara, muy bueno. Pareciera que aveces nos quedan grandes los sueños verdad? Pero al final, si se persiste todo se consigue. Una gozada leerte Mara, muchos saludos y un abrazo.
Tal vez no te acuerdes de mi, soy Ale (amiga de Clau y Lalo) de Morelia. De nuevo saludos.

Un Hombre mirando al SudOeste dijo...

Mara:

Gracias a ustedes, a todos ustedes por llenar un espacio en mi vida...

Pd:. La canción volvió a sonar para ti

Canalla dijo...

Felicidades por tu estreno en EyL. Escribir nos libera de cosas que ya no queríamos traer a cuestas, pero alguna gente tira hasta sus sueños sin siquiera escribirlos. Esto es una tragedia, ero también una fuente inagotable de nuevos temas para quienes busquemos conservar todo ese mundo onírico. Por lo mismo, y de nueva cuenta, enhorabuena. Saludos.

Jo dijo...

pienso como en un sueño y como tal a veces sigo pensando que escapo de la realidad

no quiero pensar en cuanto.. o como durara.. o si solo es simple deseo de evadirme es lo que siento, alguien pensara que puedo fumarme algo y escapar jaja .. sin embargo no hace falta eso

no pienso si vivo en blanco y negro o si sueño a technicolor

por mi me agrada pensar desde que pienso entre sueños...aunque bien podrian pellizcarme en cualquier momento

siempre he pensado,que muchos de nuestros sueños dicen mucho sobre nosotros incluso en esas trampas oníricas quien sabe esté oculta alguna obra cumbre.

gracias Mara esto ha sido un deleite.

Javi dijo...

Al final somos lo que escribimos, nunca expertos, siempre aprendices de un mundo mágico que intentamos descubrir al mundo. Se tiene tanto dentro que no ves el momento y el modo de sacarlo y esa sensación es la que te aplasta, pero siempre emerges para descubrir matices nuevos en sueños imperecederos, y que para siempre quedaran plasmados en cualquier hoja perdida entre el polvo de una estanteria, Alli sigues vivo para el mundo y queda tu alma inmortal para demostrar que aun sigue habiendo hombres con sueños y que nunca desapareceran. Como me ha gustado, felicidades a la autora y gracias por compartirlo.

Gerapo dijo...

"Un hombre sin sueños, no existe" me inquieta esa frase; por otro lado, que mejor de manera de acabar que plasmado en lo que amas.

Y yo? Desapareceré en líneas de código? …

Saludos, un gusto conocer sus escritos.

LicCARPILAGO dijo...

"obra cumbre" ... algun dia llegara...

por lo menos ahora sueño con mi ópera prima.


Excelente debut!!!

Mara Jiménez dijo...

Potter: es verdda, desaparecer no quiere decir dejar de soñar, pero si dejas de soñar, creo que si estás condenado a desaparecer. Grcaias por leerme, como siempre, con tan buenos ojos. Beso.

Ale mariposa! CLARO que me acuerdo! Me da mucho gusto que me leeas y te agradezco infinito tu "gozancia" para leerme, un beso hasta Morelia.

SOM: Gracias por darnos ese lugar en tí, en tu vida. ya oí tu canción, y te comenté para que sepas que ya no quiero que estes triste. BESOTESSSSSS.

Canallita: Gracias, sigamos pues rellenando la fuente para que nunca sea agotable. Te sigo y te leo, y me emociona que te guste. ;)

Jolie: Yo creo que la obra cumbre es vivir la vida... la que tenemos dormidos, y la que tenemos despiertos, sin ningún afán de trascender que nos pille desprevenidos y se coma la existencia... pero eso sí... EN COLORES!!!! jejjejejeje.

Javi: Y así, de pedacito en pedacito de papel, a lo mejor conformamos un album de recuerdos... o una obra cumbre, pero no importa, porque eso, parafraseando a "Slumdog Millionare", ya estaba escrito.

Gerapo: NOOOOOOO!!! No me digas que los programadores se vuelven líneas de código, porque eso si me atañe personalmente... Pero si se vuelven caderoncitos, jejejejeje. Lo tengo científicamente comprobado. Ejem! Un día te cuento.

OIGA LIC!!!!!! ¿Llamaría usté a esta pobrecita actriz desempleda manque fuera pa presentarse al casting? Si es documental, le hago la locución. Y si quiere guión, también tenemos en esta tiendita... ¿que va a llevar?