Por Canalla
Fue difícil prever su reacción tras recibir macizo el gancho al hígado. El retador lo envió contra las cuerdas antes de hundirle el puño de costado y él protegió su cara por instinto, el abdomen al descubierto y la vista al piso. Pero al girar, de un nada boxístico rodillazo desinfló al oponente; mandó la izquierda, dos veces, a su mandíbula, y a éste a la lona.
Pese al notorio cansancio y la dificultad para respirar, siguió la trayectoria de ese cuerpo inerte como si del suyo se tratase, equiparando uno a uno los instantes que tardó en caer, con los años que a él le costó hacerse de la corona, y casi con envidia: sin tanto esfuerzo podría aguardar ahora recostado el desenlace de ese encuentro.
Sin acusar la falta, el réferi comenzó a contar, aunque era obvio que aquél bulto ya no se levantaría sólo, mientras el campeón rogaba a la virgen no ser descalificado y los jueces, que tampoco vieron nada, o quisieron regalarle una retirada menos indigna, escasos diez segundos después ya le colocaban de nuevo el cinturón.
Él no supo si llorar o desmayarse mientras sus piernas temblaban y escupía sangre, pero el médico fue a buscar lo antes posible al dueño del rastro para pedirle prestada la única cámara fría en ese pueblito, porque al agente del Ministerio Público no le gusta andar de noche por caminos donde Dios nunca ha pasado, menos para extender dos actas.
-oooOooo-
Pese al notorio cansancio y la dificultad para respirar, siguió la trayectoria de ese cuerpo inerte como si del suyo se tratase, equiparando uno a uno los instantes que tardó en caer, con los años que a él le costó hacerse de la corona, y casi con envidia: sin tanto esfuerzo podría aguardar ahora recostado el desenlace de ese encuentro.
Sin acusar la falta, el réferi comenzó a contar, aunque era obvio que aquél bulto ya no se levantaría sólo, mientras el campeón rogaba a la virgen no ser descalificado y los jueces, que tampoco vieron nada, o quisieron regalarle una retirada menos indigna, escasos diez segundos después ya le colocaban de nuevo el cinturón.
Él no supo si llorar o desmayarse mientras sus piernas temblaban y escupía sangre, pero el médico fue a buscar lo antes posible al dueño del rastro para pedirle prestada la única cámara fría en ese pueblito, porque al agente del Ministerio Público no le gusta andar de noche por caminos donde Dios nunca ha pasado, menos para extender dos actas.
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15 comentarios:
En el argot local, le llaman "Mitotero Público", y generalmente andan caminos donde Dios, el Demonio y el Hombre luchan de dos a tres caídas y sin límite de tiempo.
Qué se le va a hacer.
Que gane (aunque sea chapuceramente) el mejor.
Saludossss!!!
Mira que este es uno de esos deportes en los que prefieron pasarme de largo cuando lo veo, me pone la piel chinita de pensar en tanto dolor y sangre, sin embargo siempre aplaudire el valor con que hacen lo que hacen aunque las consecuencias sean en muchos casos devastadoras.
un besote para ti.
Qué tal Canalla !!
Prefiero la de los dos peleadores que termian viéndose como camaradas; terminan disfrutando de una caguama bien fría.
¡Salud!
Canalla
No sé porqué (el box me provoca alguito de tristeza), pero tu humor, que sentí casi negro, me hizo sonreír: extender dos actas de defunción la misma noche, sería el problema… no el desastre, casi despojo humano, que eran esos dos.
Por un minuto pensé en un símil de Cid Campeador, un viejo boxeador ganando su batalla final después de muerto.
Un beso
Certero y punzante, fue tu golpe irónico y sarcasmo del ébano más puro… Excelente Canalla
Y el espectador, helado, porque no vio llegar el nocaut.
Sólo agradeció abrir los ojos y seguir adelante, hasta el siguiente round. Aunque no sabía cuál sería su lugar, si dentro o fuera del cuadrilátero.
Bravo.
jess: Si se hubiera tratado de una diminuta población enclavada en la más profunda serranía, te aseguro que el representante social primero espera a ver quién gana: Dios, el Demonio o el Hombre. Besos.
Sonia: A veces esa devastación tarda años en manifestarse, pero si llega ya no se va, y es fulminante. Besos.
QUANTUM: Yo también. Y si a la birra se puede llegar sin subir al ring, todavía mejor. ¡Saludos!
marichuy: Y ni hablar de lo seguido que ese humor negro no se basa en otra cosa que la realidad. Hay una edición muy bonita de bolsillo con el poema, de Aguilar. Otro.
Potter: Hombre, pues muchas gracias :) Poe te oiga y en verdad un día así escriba. ¡Saludos!
Ivanius: Me remitiste al recuerdo de esos viejos cronistas del pugilismo mexicano que tanta falta hacen... ¡Un abrazo!
Durante tres años fui kickboxer.. amateur, muuuy amateur pero lo fui... le debo a eso mi nariz desviada y cuatro costillas rotas
le debo también el que todos los días extrañe volver a eso que me hizo sentir completo y lleno de adrenalina, buscando furia a veces de la nada para enfrentarme a otro loco como yo
no sé como fui a parar ahí... y aún cuando hay una distancia con el box en técnica y performance me atrevo a creer que la palpitación creciente y la angustia/fascinación que llega cuando tu entrenador te dice que te toca subir al ring son algo similar
claro que yo ni fui ligeramente serio, ni obtuve ningún cinturón... y tampoco salí muerto de ningún pueblito.
Abrazo
MauVenom: Por el pugilismo -aún la vertiente marcial que practicas- siento una rara mezcla de repulsión y fascinación: aunque pacífico, tuve siempre la rara habilidad de atraer puños a mi cara infinidad de veces: de ahí mi religioso respeto rayano en el fanatismo y con conocimiento de causa, cuando atestiguo una buena madriza.... es que se parece mucho a la vida. Un fuerte abrazo.
In your honour and in the honour of wall the Writwrs and Poets, I published an ilustration.
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