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17 mayo 2010

Visita


por Ivanius

Ya sé que tu nombre es uno entre muchos, y que jamás te ha importado la sensación particular de avidez que me provocas. Especialmente cuando aún te las ingenias para guardar sorpresas en regiones ya erosionadas por la insistencia.


Cuando invocamos a la química, hay entre nosotros un goce casi clandestino, que no entienden ni siquiera quienes nos han visto, casual o abiertamente, embebidos en mutua absorción. En ese vampirismo concertado, no se sabe quién es el alimento, quién el trofeo, quién obtiene más en directo: tú, embajador de alguien ausente que no es intruso sino perpetrador, no socio sino cómplice, o yo, egoísta supremo en un acto imposible de compartir hasta que se me antoje abandonarte, quizás (sin yo saberlo) para siempre. Para equilibrar, por supuesto, eso a ti te tiene sin cuidado.


La contemplación es utilitaria pero viciosa; el acercamiento siempre tiene más sabor a reconciliación que matices de cautela. Gracias a la experiencia y a la imaginación, logramos que el acto sea siempre diverso, a pesar de los movimientos repetitivos y automáticos, y el sopor final anuncia el síndrome de abstinencia.


Apagaré la luz. La visita de hoy no fue memorable. No puedo mentir, y tú tampoco: aunque casi llegamos al final, no hubo sobresaltos.


Mañana será otro libro.


"Visita", Relato de Ivanius. Texto: © ChanchoPensante.com. Imagen: "Lecture sous la lampe", de Léon Pourteau (1872-1898), en Wikimedia Commons.

9 comentarios:

Jesús Estrada Sánchez dijo...

Same thing between me and your
blog(S)...!

Canalla dijo...

Señor, tiene usted una relación tan perversa con objetos de placer así, que no puedo menos que envidiarlo y querer emular esa facilidad con que describe una asociación tan difícil de llevar a veces. Un abrazo.

jess dijo...

Me encanta la manera en que siempre despiertas la malicia ajena, para luego, motivar el sonrojo en las mejillas debido a los malos pensamientos, y finiquitar en una sonrisa al lograr entender a qué te referías realmente con tus palabras.

La relación del lector con el libro, es quizás, más íntima que con el propio escritor.

Saludos Ivanius!

Anónimo dijo...

como seria aquella visita de los siete libro?

divago barato, ya se, per con tus palabras se me ocurren cosas asi.

besos

marichuy dijo...

Ivanius

En ello reside tu magia (y suerte, diría yo): en poder darle una nueva visión a la misma historia, una para cada noche o madrugada.

Un abrazo

Ivanius dijo...

Mr. 7w7: Let´s keep it that way, pal. Cheers!

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Señor Canalla: Si hay que sobrellevar tales relaciones, lo mejor es aprender de la experiencia... y seguir leyendo. Aunque alimente esa gregaria perversidad. Abrazo.

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Jess: Alguna vez leí que "Los malos libros provocan malas costumbres, y las malas costumbres, buenos libros". Quizás pueda decirse lo mismo de los pensamientos. ¡Saludos!

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Sonia: Siete, según los cabalistas, es un número de plenitud. Y eso de la perfección, ya se sabe, puede ser agotador... pero hay que buscarlo. Besos.

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Marichuy: Magia veleidosa, pero afortunada, desde luego, esa de poder practicar invocaciones y visiones más allá de la vigilia. Abrazo.

Jo dijo...

y yo que me había privado de leer y a pesar de que no es (lamentablemente) un libro siempre me sumerjo de una manera tal en tus escritos... que parece que una brizna fresca me libera de este sopor que podría adivinarse tedioso y que de pronto se evapora cuando te vuelvo a descubrir

y

te leo

y te leo

y te leo...

MauVenom dijo...

Las letras, todas, tienen siempre la ventaja

son evidentemente, la última palabra

nosotros nos quedamos con lo que quieran decir por sublime o vulgar, nuestro único remedio es voltearnos y olvidar, nada más

sin embargo, pocas cosas de tal alimento para el alma en esta grosera tierra que llevarnos su orden e idea para siempre

volvernos parte.

Abrazote admirado.

Ivanius dijo...

Jo: Una vez que aprendemos a leer, basta abrir los ojos para que opere esa magia. Gracias por asomarte a compartir la brisa...

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MV: Y luego de volvernos parte, usar los mismos signos para decir quizás las mismas cosas... que sin embargo despiertan nuevas resonancias. Abrazo.