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05 julio 2010
Donde el corazón vaya
por Paloma Zubieta López
Era lo que siempre había soñado. Mientras se vestía, sudaba profusamente y las piernas le temblaban: ¿estaría a la altura de las circunstancias? El silencio hostil no respondió. Estaba retrasado y quería darse prisa. Después de un breve calentamiento final, salió corriendo. El camino por los túneles parecía interminable; desde una multitud de gargantas la fiesta rugía cada vez más cerca. Se puso al final de la fila que avanzaba. La luz lo cegó por un momento, el latido interno era tan fuerte que lo dejó sordo. Sentía la lengua pastosa, el brazo izquierdo le dolía. Cuando llegó el silbatazo de inicio, un relámpago interior lo fulminó en medio del huracán humano. El mismo corazón que lo llevó hasta ahí se rindió ante las miles de miradas desconcertadas que lo vieron caer para no levantarse jamás.
Fotografía de © André Luiz Martins, O túnel (2007). Túnel de acceso al Estadio Maracaná, en: http://www.flickr.com/photos/almartins/1513771487
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16 comentarios:
Es triste... Al menos hubiera anotado un GOL.
Being a hero: perhaps he wasn't worthy...
Paloma! Es que la vida es asi de incomprensible... Besos!
muchas veces el sueño de meter un gol o hacer que tu vida sea exitosa, no depende necesariamente del esfuerzo propio.
me gusto este relato.
saludos.
agendamos eventos, escribimos mañanas... la muerte simplemente se ríe de nuestros planes.
muy buen relato, encomiable lo tuyo. chau paloma.
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Me acordé de "Más cornadas da el hambre", con la diferencia de que aquí has sido breve y culminaste la historia del protagonista; un instante se lleva la vida, las ilusiones, las tribulaciones, todo en un tris inesperado e inevitable.
Trágico.
Es un poco crudo sin dusa alguna...
Para no lo llamar dramatico.
Un abrazo
Marí
Paloma
Una historia increíble y sin embargo, tan real. De futbolistas no recuerdo, pero este relato me trajo a la memoria a un patinador ruso (campeón mundial en ese momento) quien a los 28 años murió de un paro cardíaco en pleno entrenamiento.
Y aunque triste, quizá algunos grandes deportistas han soñado con morir practicando el deporte de su vida.
Saludos
Paloma
Lo que sucede después con el que vive (o muere) tal experiencia no lo sabemos, no el pensamieto, menos la emoción
pero el testigo se queda entre la frustración y la sorpresa con la pregunta recurrente de la muerte joven y los motivos que tendrá el destino para dejar o llevar. La pregunta del tiempo adecuado.
Saludos y gracias por colaborar.
Hola Paloma!
Yo me pregunto, el silencio en cualquiera de sus acepciones, responde alguna vez??
Entonces, la nada a mi alrededor resuena un sutil: Siempre, siempre responde.
Saludos!
En la Espiral de los tiempos, tras el velo de las numerosas vidas, la asamblea de inmortales lo recibió diciendo: He ahí, Filípides, lo que el Destino te negó. Así que no vuelvas a quejarte por recorrer cuarenta míseros kilómetros.
Buen relato, Paloma. Que vengan más. Abrazo.
Primero que nada, un agradecimiento de todo corazón a Escribidores y Literaturos por esta magnífica oportunidad de anotar mi propio gol.
Quantum: sip, es cierto, pero no siempre todo depende de lo que soñamos... muchas veces, la vida nos sorprende.
Mi queridísimo 7: perhaps... nunca lo sabremos. Sin embargo, creo que murió intentándolo y eso debería contar ;o) Besos mil.
¡¡Pelusilla!! Como bien decía Rubén Blades: la vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida... ¡a que sí! Besísimos.
Luis Torres: tienes mucha razón y hay que aprender a que no todo está en nuestras manos. ¡Qué bueno que te gustó! Un abrazo.
Autem: muy duro lo que dices pero no por ello, menos cierto; coincido. No sé si es encomiable, pero eso sí, lo hago con gusto, un abrazo para ti.
Pherro: trágico pero con la moraleja de que por ello debiésemos aprovechar al máximo cada instante (cosa que suele quedar en el olvido, las más de las veces). Es tan efímera la vida que sorprende que no lo tengamos tan claro... quizá por eso debo recordármelo más a menudo.
La Gata Coqueta (Marí): sip, resultó muy dramático e hizo saltar al corazón... Otro abrazo de acá.
¡Hola, Marichuy! Confieso en que dudé mucho de la verosimilitud de la historia, pero en la vida también hay que arriesgarse. Y no, no conocía la historia de ese patinador ruso, realmente me parece un horror lo sucedido. Cierto, haces bien en recordarnos la parte linda: ¡qué lujo morir haciendo lo que a uno más le gusta en la vida! Gracias, de verdad. ¡Besos!
Querido MauVenom: bien dices que los testigos son quienes deben procesar la frustración, la sorpresa y la pregunta... ¿Habrá un tiempo adecuado? Más bien es como una lotería macabra de la vida: a unos les toca pero a la mayoría no. Ha sido todo un honor compartir con ustedes, un abrazo.
¡Hola, Jess! Tremenda enseñanza la que nos dejas, me ha hecho un nudo en la garganta. Nunca lo había pensado y te agradezco muchísimo el que lo sacaras a cuento, un abrazo.
Don Ivanius: *carcajada* ¡no sabe lo que extrañaba esos epílogos suyos! Pero se equivocó esta vez: no eran 40 sino 42 ;o) Gracias mil por su invitación que ha sido todo un placer, por acá estamos, 2010 chanchibesos.
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